Quería mostrar esta dicotomía entre la tradición y la libertad
Interview de la réalisatrice de Carmen y Lola.
Sélectionné à la Quinzaine des Réalisateurs du dernier festival de Cannes où il a été ovationné, meilleur film au Festival Cinespaña de Toulouse, Carmen y Lola, premier long métrage de la cinéaste basque Arantxa Echevarria aborde l’histoire d’amour de deux adolescentes dans la communauté gitane. Tourné avec des acteurs non professionnels, ce film qui sort le 14 novembre prochain est un miracle nous explique la réalisatrice… Rencontre.
Vocable: ¿Cómo surgió la idea de situar su primer largometraje en el mundo gitano? Arantxa Echevarría: Surgió de la lectura, en 2009, de una noticia en el periódico que me sorprendió. El artículo trataba del primer matrimonio homosexual de dos chicas gitanas. Resultaba algo asombroso, porque la ley del matrimonio homosexual había sido aprobada desde hacía 5 años [en 2004] y, en la foto que ilustraba la noticia, se veía a la pareja de espaldas, para que nadie las reconociera, y con nombres supuestos. Nadie de la familia había asistido a la boda. Entonces, me pregunté cómo serían estas dos chicas gitanas, cómo se habrían conocido y enamorado… De allí surgió la idea de Carmen y Lola.
2. Vo.: Siendo vasca y paya, ¿no le ha resultado difícil investigar en el mundo gitano? A.E.: ¡Uy! Ha sido muy difícil y, en algún momento, pensé que iba a ser imposible. Al ser mujer, y vasca, cuando iba a hablar con un patriarca de un pueblo gitano, me decía: «¿Dónde está tu marido? ¡Porque yo solo quiero hablar con tu marido!». Y, como yo no tenía marido, tuve, incluso, que contratar a un hombre para poder hablar con los patriarcas. Ha sido una labor de 4 años, y bastante complicada, para adentrarme y conocerlo. Los gitanos llevan 600 años viviendo con nosotros, pero en un círculo más cerrado y con pocas conexiones con el resto del mundo. Así que ha sido un aprendizaje mutuo: yo aprendí muchas cosas de ellos y ellos del mundo payo.
3. Vo.: Y, ¿no fue complicado recoger testimonios de mujeres homosexuales dentro de la comunidad gitana? A.E.: Eso fue uno de los grandes problemas, porque las adolescentes gitanas lesbianas de la edad que buscaba, de 16 o 17 años, pues no son visibles y tampoco van a asociaciones LGBT. Entonces, se me ocurrió meterme en un chat LGBT en la red… Aproveché las herramientas de las redes sociales y en un chat —el de “gitana guapa”, como el que se muestra en la película— una gitana me preguntó de qué familia era. Eso
es muy gitano, lo de preguntar por la familia de la que vienes. Le mentí y dije Heredia, que es un apellido muy gitano. A la media hora de charla le dije la verdad, que era directora de cine y que buscaba testimonios. Entablamos una relación de amistad y ella, más otras gitanas que se unieron, me asesoraron con el guion, porque la primera versión estaba escrita desde un mundo payo. Me ayudaron mucho con los códigos culturales y la parte lingüística. El guion ha sido un verdadero animal vivo que se transformó, incluso en los seis meses de ensayos. Voy a contar una anécdota relevante: en el guion, una de las chicas se olvida de recoger a su hermana en el cole y el padre la castiga diciéndole que se vaya a su habitación sin cenar. Entonces, Juanjo, que hace del padre, me comentó que jamás un gitano le quita la comida a su hijo…
4. Vo.: La casi totalidad de los actores de la película no son profesionales. ¿Cómo encontró a las dos protagonistas principales? A.E.: Fue otro de los milagros de esta película. El casting duró 6 meses, en la calle, porque no hay actores gitanos de 16 años en España. Fuimos a centros culturales: me sentaba a charlar con ellos y veía si se podían parecer a lo que estaba escrito. Zaira Romero (Lola), que tenía 16 años y estaba estudiando peluquería, fue de las primeras que encontré. Tiene mucho carácter y personalidad. Para Carmen fue muy complicado, porque la homosexualidad es un tema tabú en la comunidad gitana y las chicas querían hacer de amigas, pero no ser las protagonistas. Porque me decían que luego no podrían casarse. Rosy (Carmen) fue la 879.ª chica que entrevisté y fue un flechazo. Como estaba ya casada y su marido, que es muy moderno, vio el proyecto con buenos ojos, ella se sumó a la aventura. Pero, al principio, Rosy pensaba que la homosexualidad era una enfermedad. 5. Vo.: En la cinta, evita los estereotipos habituales vinculados al mundo gitano… A.E.: Sí, era muy importante romper con los clichés. Quería mostrar a gente que se levanta temprano para ir a trabajar, que está pendiente del dinero que gana para llegar a fin del mes… El padre de Lola en la película puede parecer machista, pero siempre actúa por amor. Al fin y al cabo, le preocupa que su hija sea feliz. Quería mostrar esta dicotomía entre el peso de la tradición y el amor a la libertad.
6. Vo.: La arquitectura opresiva de las afueras de Madrid actúa como un catalizador en la historia… A.E.: Sí. Tenía claro que visualmente la ciudad tenía que ser un personaje. Madrid tiene muchos Madrid dentro y, el que se retrata en Carmen y Lola, es el de los barrios muy marginados y deprimidos, el de las viviendas sociales de Vallecas o la Uva en Hortaleza. ¡Cómo se puede vivir en el siglo XXI en una casa de hojalata, dentro de círculos cerrados, entre las vías del tren!
7. Vo.:¿Cómo reaccionó la comunidad gitana al ver la película? A.E.: Hay mucho debate y... ¡las redes sociales arden! Hay gente que me llama ‘demonio’ porque la homosexualidad femenina es un tabú y, sobre todo, porque hay mucha crítica a la religión evangelista –hay muchos gitanos evangelistas– y algunos me esculpen por la calle cuando me ven. Y, por otro lado, hay reacciones maravillosas, de chicos y chicas gitanos entusiasmados por la película. Muchos me han escrito para decirme que les ayudó para hablar con sus padres, para expresar su deseo de libertad.
8. Vo.: Hablando de libertad, no será un azar si una de las dos protagonistas se llama Carmen, ¿no? A.E.: Claro. Es por la Carmen de Carlos Saura, con Laura del Sol de protagonista. Yo soy una admiradora absoluta del cine de Saura.
Era muy importante romper con los clichés sobre los gitanos.