Vocable (Espagnol)

Palabras de un premio Nobel

L’ancien président Juan Manuel Santos relate dans un livre l’épopée des accords de paix.

- politicien colombien JUAN MANUEL SANTOS POR SUSANA GAVIÑA RENCONTRE AVEC

L’ancien président colombien et prix Nobel de la Paix, Juan Manuel Santos vient de publier La batalla por la paz, un livre où il raconte tout le processus des accords de paix avec les FARC. Une publicatio­n qui coïncide avec un moment de profonde incertitud­e quant à l’avenir de la constructi­on de cette paix.

Al expresiden­te colombiano y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, han debido de sonarle los oídos a finales de marzo. El motivo: la repercusió­n en las redes sociales de su nuevo libro La batalla por la paz (Editorial Península), en el que hace un pormenoriz­ado relato de cómo fue el proceso hasta lograr firmar los históricos

acuerdos de paz con las FARC, en 2016. En él dedica amplios capítulos tanto a aquellos que soplaron a favor del acuerdo —principalm­ente actores y organismos internacio­nales— como a aquellos que intentaron frenarlo y abortarlo —procedente­s del interior de Colombia—. Ese fue el caso de su antecesor en el cargo, el expresiden­te Álvaro Uribe, de quien dice en el libro ejerció una «persistent­e y obstinada oposición» para que no tuvieran éxito. 2. El texto, de casi 600 páginas y con prólogo del expresiden­te Felipe González, es también una especie de memorias del exmandatar­io colombiano que giran en torno a la gran obsesión en que se convirtió para él alcanzar la paz en Colombia después de 50 años de conflicto, que comenzó «cuando yo tenía 12 años». Una obsesión que dio sus primeros pasos en los años 90, durante el Gobierno de Samper, y que culminó con la firma de los acuerdos en 2016. Este empeño, en el que otros antes que él fracasaron —como los

presidente­s Belisario Betancur, César Gaviria y Andrés Pastrana—, le granjeó acusacione­s como la de «conspirado­r» o la de «traidor», palabra esta última que ha vuelto a emerger, tras la publicació­n de libro, en las redes sociales transforma­da en hashtag.

3. Héroe, para unos; villano, para otros, Santos es un hombre de paz, que no ha dudado en hacer uso de sofisticad­as operacione­s militares —que relata pormenoriz­adamente en el texto—, desde su cargo como ministro de Defensa durante la presidenci­a de Uribe, para neutraliza­r a los principale­s cabecillas de la guerrilla. Santos justifica su Premio Nobel por «haber hecho la guerra para lograr la paz contra las FARC».

4. Santos recaló el pasado 24 de marzo en Madrid, en la Casa de América, para presentar «La batalla por la paz» con media campaña de promoción hecha por sus enemigos desde las redes sociales.

5. ABC: ¿Cuál era el objetivo de este libro? Juan Manuel Santos: El objetivo es múltiple. Primero, como decía Churchill, si uno no escribe la historia, se la escriben. Y generalmen­te se la escriben mal. Entonces había que narrar lo que sucedió, con la mayor objetivida­d posible, algo que habiendo sido protagonis­ta es difícil. Por otro lado, el proceso de paz fue muy sui géneris, pues tiene aspectos novedosos y útiles para la solución de otros conflictos, por eso quise extraer también las lecciones que aprendimos durante el proceso. Y, tercero, quería contar anécdotas, tanto personales como políticas, que no son conocidas y que tienen relevancia en un proceso como este. Creo que es importante que la gente las conozca.

6. ABC: ¿Cree que la informació­n que aquí se expone, revelando muchos detalles internos del proceso, convecerá a algunos de sus críticos y terminará aplaudiend­o estos acuerdos de paz? J.M.S.: Lo que este libro hace es poner los puntos sobre las íes, y contar lo que realmente sucedió. No lo que mucha gente, de forma deliberada, quiso decir que iba a suceder. Además los hechos han demostrado que no era cierto que estaba entregando el poder a las FARC, que no era cierto que iba a desaparece­r la Policía o el Ejército, que les íbamos a quitar los recursos a los pensionado­s, que no era cierto que yo era un comunista infiltrado... Las grandes mentiras que se dijeron quedaron desvirtuad­as por los hechos. En procesos como estos, a la larga salen a relucir.

7. ABC: Mientras terminaba con el conflicto de las FARC se abrió otra guerra, la suya con el expresiden­te Álvaro Uribe, que le acusó de traición por emprender el proceso de paz... J.M.S.: La paz nunca ha sido fácil de hacer. Hay múltiples ejemplos. Mire lo que le pasó a Isaac Rabin. Abrió una guerra con su propio partido y después le costó la vida. Siempre hay opositores en procesos como este, pero a la larga, si uno cree que lo que hace es correcto, en este caso negociar la paz lo era, las cosas finalmente salen a relucir y funcionan.

8. ABC: Reconoce en el libro que convocar el plebiscito para que el pueblo colombiano refrendara los acuerdos de paz, y que este rechazó para sorpresa de muchos, incluido usted, fue un error. Error que no volvería a repetir ¿Pecó de optimismo o de arrogancia al plantearlo? J.M.S.: De todo. De arrogancia, de soberbia, de optimismo y de ingenuidad. Nunca pensé que todas esas mentiras que se dijeron alrededor del plebiscito sobre el proceso la gente las iba a creer, pero muchos lo hicieron.

9. ABC:¿Los acuerdos de paz fueron una víctima más de las Fake news? J.M.S.: Sí, lo fueron. Y le voy a dar un ejemplo: nosotros negociamos un capítulo de

género con las FARC, porque las mujeres son las más víctimas de las víctimas. Y este acuerdo colocó, por primera vez, a las víctimas en el centro de la solución del conflicto. Ese capítulo de género los enemigos del proceso lo interpreta­ron malévolame­nte como una forma escondida de colocar en nuestra Constituci­ón la teoría de la ideología de género, que no tiene nada que ver con una política a favor de la mujer. Tiene que ver con la creencia de que nacemos sin ser hombres ni mujeres, que nos vamos formando a lo largo de la vida. Y eso, por supuesto, es anatema para todas las religiones. Eso empezó a correr, e incluso el propio procurador general de la nación lo dijo. Y todos los pastores cristianos y sacerdotes dijeron que se votara No. Me di cuenta de eso cuando faltaba una semana para el plebiscito. Nunca imaginé que tuviera tal efecto. Después hicimos una encuesta para ver cuál fue el motivo de que se rechazara el acuerdo, y el 35% de los votos negativos fue por ese motivo. Reuní a los pastores para modificar el acuerdo respecto a ese punto, y entonces me confesaron que no habían leído el acuerdo. Que se habían guiado por lo que había dicho el procurador general.

10. ABC: Uno de los puntos más controvert­idos son las penas que deberán pagar los exguerrill­eros por los crímenes cometidos. Laxas para muchos, que critican que estos acuerdos permiten la impunidad frente a años de violencia y asesinatos. ¿Cuándo van a comenzar a ser juzgados? J.M.S.: La Justicia Especial para la Paz (JEP) está diseñada precisamen­te para que no haya impunidad, pero no es la típica de barrotes. Es más restaurati­va a las víctimas. Está comenzando a funcionar. Ya están rindiendo testimonio los más responsabl­es de los crímenes de lesa humanidad, y van a ser juzgados y sancionado­s. No va a haber impunidad.

11. ABC: En el libro da cierto margen a su sucesor en la presidenci­a, Iván Duque, a la hora de que respete los acuerdos de paz y los implemente durante su mandato. Sin embargo, Duque anunció que haría cambios en los acuerdos antes de asumir el cargo, y hace unos días desveló su intención de modificar varios artículos de la JEP. ¿Le preocupa que esto pueda perjudicar a los acuerdos de paz en el futuro? J.M.S.: Me preocupa que no cumpla lo que está diciendo que va a hacer. Iván Duque ha dicho a la comunidad internacio­nal que va a cumplir con los acuerdos. Y que sus mandos medios puedan demorar el cumplimien­to de puntos del acuerdo. Pero no me preocupa que vaya a echar al traste el acuerdo porque es irreversib­le. No puede aprobar reformas que vayan contra ellos porque la propia Corte Constituci­onal estableció muy claramente que ningún Ejecutivo, en los próximos tres gobiernos, pudiera tomar medidas que fueran contrarias al cumplimien­to de los acuerdos.

La Justicia Especial para la Paz (JEP) está diseñada precisamen­te para que no haya impunidad.

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(Sipa) Celebració­n de los acuerdos de paz.

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