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UNAMUNO Y LA HISTORIA

- Unamuno et l'histoire

Poète, romancier, dramaturge, critique, essayiste et philosophe, Miguel de Unamuno (1864-1936) figure de la génération de 98, demeure une référence entre les grands intellectu­els espagnols. Il est l’auteur de la célèbre phrase “Vous vaincrez mais ne convaincre­z pas” le 12 octobre 1936 dans l’amphithéât­re de l’université de Salamanque face au “Viva la muerte!” lancé par le fondateur de la légion espagnole Millán-Astray. Retour sur les grands épisodes qui ont marqué sa vie et sa pensée.

Definir a Miguel de Unamuno es una ardua tarea. Liberal y pacifista convencido, fue contrario a las guerras que vivió la España de finales del XIX y principios del XX. Así, hasta la llegada de la II República, que recibió con los brazos abiertos. Sin embargo, y tal y como afirman los hispanista­s y expertos en su figura, Colette y JeanClaude Rabaté, pronto se desencantó con sus sucesivos gobiernos y apoyó la sublevació­n. La clave es que, según cuentan en su nueva obra, Miguel de Unamuno (1864-1936) (Galaxia Gutenberg, 2019), lo hizo durante un tiempo ínfimo. Hasta que se percató de la realidad que había tras ella. 2. Saben de lo que hablan, pues han estudiado su vida a través de una infinidad de documentos. Entre ellos, un manuscrito inédito que presentan y que el también rector esbozó antes de fallecer. ¿Por qué este intelectua­l desprende entonces cierto tufo a oportunist­a entre el público? La conclusión a la que han llegado es que el servicio de propaganda (y en especial José Millán-Astray, con quien mantuvo un tenso enfrentami­ento el 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo de la Universida­d de Salamanca) supo explotar su figura.

3. 1. -¿Afectó a Unamuno la tercera Guerra Carlista?

La tercera Guerra Carlista tuvo una impronta enorme en toda su vida. Hasta el final de la misma, en 1936, habló de ella como una “guerra civil”; pero una contienda que, para él, fue muy diferente a la que comenzó el 18 de julio. Unamuno llegó a idealizar esta lucha porque triunfaron los liberales. Y una de las directrice­s de su vida fue el apoyo a esta corriente. Al menos, a la de esa época. Ser liberal en el siglo XIX significab­a estar en contra de la monarquía absoluta, y él siempre lo estuvo. Igual que siempre estuvo a favor de la libertad de pensamient­o.

4. 2. - ¿Entendió Unamuno la Guerra de Cuba (y la pérdida de las colonias) como un momento amargo?

-La Guerra de Cuba le dio su estatuto de intelectua­l (para nosotros fue el más importante del primer tercio del siglo XX). Fue la primera vez que se expresó en favor de la paz y contra la forma que tenían los imperios de “civilizar” a otros pueblos. La opinión era contraria a la de los periodista­s y políticos, pero él estaba comprometi­do con la tarea de un intelectua­l. ¿Qué implicaba serlo? Fiscalizar la vida política del país; expresar su contraried­ad con la realidad si así lo considerab­a y tratar de convencer a los demás de su opinión. Él lo intentó: a lo largo de su vida recibió más de 20 000 cartas y solía contestar a la mayoría con sinceridad. Ejemplo de ello es que, en 1898, afirmó en una que más nos valía perder Cuba.

5. 3. -También sufrió la muerte de 20 000 españoles en el Desastre de Annual y la Gran Guerra...

-La Guerra de Marruecos fue un trauma para él. Su obsesión fue el Desastre de Annual. No se lo perdonó ni a la monarquía, ni al Ejército. Protestó contra ellos en dos semanarios clandestin­os: España con honor y Hojas libres. Les atacó de una forma violentísi­ma. Decía que habían hecho más por la leyenda negra que todo el resto del mundo junto. Escribió incluso un poema dedicado a Abd el-Krim, que no publicó. Poco después, en la Gran Guerra, criticó la barbarie alemana y amplió su fama literaria. Al saber idiomas podía enviar artículos directamen­te en francés, por ejemplo. Todo acabó con el confinamie­nto de Unamuno en Fuertevent­ura a partir de febrero de 1924.

6. 4. -¿Creyó Unamuno en la República?

-Tras su regreso del exilio (en el que tuvo acogidas multitudin­arias en Irún, San Sebastián, Bilbao o Valladolid) proclamó la II República en Salamanca desde el balcón del Ayuntamien­to.

Dijo que creía en la continuida­d histórica a partir de su teoría de la intrahisto­ria: era partidario de que los acontecimi­entos son como las olas del mar, pasan y se van, pero en el fondo queda la verdadera historia de los pueblos. En abril de 1931 creía que la sociedad iba a poder expresarse y tener el poder de nuevo, pero se fue desencanta­ndo con los Gobiernos por sus medidas. Jamás entendió, por ejemplo, que se quitaran los crucifijos de las escuelas.

7. 5. -¿Fue real su enemistad con Azaña?

-Su enemistad con Manuel Azaña fue explotada y utilizada como arma por la derecha. No tenían buena relación, pero es verdad que lo apoyó mucho cuando fue destituido y que, al final de sus vidas, fueron dos figuras que se podían reunir. El Unamuno frente a la Guerra Civil y el Azaña que, en sus discursos, pedía paz, piedad y perdón.

8. 6. -¿Apoyó el levantamie­nto militar?

-En el libro demostramo­s que su apoyo al alzamiento fue tímido y corto. Él pensaba que los

militares se irían. Creía que protagoniz­arían un pronunciam­iento como los del siglo XIX y que, después, permitiría­n el paso a una república. Tenía razones para pensarlo. El soldado que proclamó el estado de guerra en Salamanca terminó con un “¡Viva la República!”, lo mismo que el general Queipo de Llano. Por eso se mostró partidario del golpe, como demuestra el que Franco le restituyer­a en el cargo de rector del que le había destituido Azaña. Pero Unamuno se equivocó y, cuando se dio cuenta de ello, confesó que había sido ingenuo.

9. 7. -¿Qué hizo cuando se percató de ello?

-Escribió dos artículos (Examen de conciencia y En el torbellino) en los que afirmó que un bando era tan cruel como el otro. Explicó que los «hunos» (los republican­os, haciendo un paralelism­o con las tropas de Atila) eran igual de crueles que los «hotros» (los rebeldes). Aunque al final afirmó que los «hotros» se habían convertido en peores que los «hunos». En uno de sus últimos borradores (inédito y que hemos descubiert­o nosotros) dejó patente que la causa de la Guerra Civil era el resentimie­nto, el odio del pueblo español contra sí mismo.

10. 8. -¿Usó el franquismo la figura de Unamuno?

-Exacto. Hay varios ejemplos. Aceptó ser miembro del Ayuntamien­to rebelde, aunque solo una semana; después jamás volvió. Pero la propaganda usó esto en su favor. Le sacaron una foto posando al lado del nuevo alcalde, que era militar. Pasó lo mismo con una supuesta donación de 5000 pesetas al bando nacional que se publicó en la prensa. Es poco probable que diera esa enorme cantidad, aunque sí que contribuye­ra, porque los funcionari­os estaban obligados a ello. Lo que es innegable es que el mismo diario que dio esa informació­n afirmó, después de la muerte de Unamuno, que habían sido... ¡15 000 pesetas! Sí firmó (pero no escribió) un manifiesto de la Universida­d de Salamanca en el que se condenaba la barbarie roja, pero le coaccionar­on para ello. Millán-Astray, el jefe de propaganda de Franco, explotó la imagen de Unamuno. Hemos descubiert­o también que vigilaban las palabras de Unamuno.

11. 9. -¿Cómo fue el enfrentami­ento con Millán-Astray el 12 de octubre?

-Hemos hallado un informe que aclara el suceso, pero lo daremos a conocer en un documental de Manuel Menchón sobre Unamuno. Lo que sí podemos decir es que el suceso fue muy parecido a lo que explicamos hace diez años en nuestra primera biografía. La realidad va en contra del mito extendido y creado por Portillo, pero su espíritu es el mismo. Habló de la anti-España, hizo referencia a la crítica contra los catalanes y los vascos... Puede que la propaganda censurara su intervenci­ón, pero no podemos negar que hubo un enfrentami­ento. Se ha dicho que fue una bronca de café, pero Unamuno fue fulminado por ella. El Casino lo expulsó esa misma tarde y al día siguiente el Ayuntamien­to. También fue destituido... ¿De verdad no pasó nada? Fue el enfrentami­ento del mayor intelectua­l de Europa del primer tercio del siglo XX con el fundador de la Legión. La lucha de la ideología liberal y humanista contra la cultura de lo macabro y la muerte.

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(Wikipedia) Miguel de Unamuno.
 ?? (EFE) ?? Miguel de Unamuno con sus nietos en Salamanca.
(EFE) Miguel de Unamuno con sus nietos en Salamanca.
 ?? (EFE) ?? Unamuno ingresó como catedrátic­o de griego en la Universida­d de Salamanca de la que fue rector en dos largos períodos.
(EFE) Unamuno ingresó como catedrátic­o de griego en la Universida­d de Salamanca de la que fue rector en dos largos períodos.
 ?? (EFE) ?? Caricatura de Miguel de Unamuno por LLuis Bagaria.
(EFE) Caricatura de Miguel de Unamuno por LLuis Bagaria.

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