La Casa Sorolla, una obra más del pintor
Visite de la maison-musée de l’artiste à Madrid.
Joaquin Sorolla y Bastida naît à Valence en 1863 et meurt en 1923 à Madrid, où sa maison-atelier devenue musée est un des attraits touristiques de la ville. L’artiste y avait conçu la décoration et les jardins andalous jusque dans les moindres détails. Au-delà de la découverte de ses tableaux, la visite du musée permet de découvrir l’atmosphère dans laquelle le peintre a composé ses tableaux et son attachement à la famille.
Acomienzos del siglo XX Joaquín Sorolla decidió construirse una casa en Madrid en la que, además de residir junto a su familia, pudiese tener su estudio para trabajar y guardar su obra. El pintor valenciano se instaló en la capital en 1880 y, después de pasar por varios estudios y domicilios en distintas zonas de Madrid, eligió el Paseo del Obelisco (actual Paseo del General Martínez Campos) para diseñar su palacete. El Museo Sorolla fue la vivienda y estudio del artista y, hoy, es una de las pocas residencias madrileñas conservadas que se puede visitar.
2. En 1905 Sorolla compró el primer solar donde se instala la casa y parte de los estudios y, en 1910, el segundo que le permitiría ampliar la zona de trabajo e incorporar tres jardines. «Sorolla se hace una vivienda elegante en la que vivió con su mujer Clotilde y sus tres hijos, María, Joaquín y Elena, de 1911 a 1923, año en el que fallece», cuenta a ABC Covadonga Pitarch Angulo, conservadora del Museo Sorolla. El pintor valenciano se involucró mucho en el diseño de su palacete que se construyó con todos los lujos de aquella época como eran la electricidad, baños o un elevaplatos.
3. Por aquellos años, el hoy Paseo del General Martínez Campos no tenía edificios altos sino casas bajas, similares a la de Sorolla. Entre sus vecinos estaba María Guerrero. Sorolla eligió un palacete con estancias grandes y techos altos como vivienda, a los que unió tres estudios donde estaban sus talleres. Y un idílico jardín en el que no faltan motivos italianos, andaluces, un pequeño estanco y mucha vegetación. «Sorolla había viajado mucho y había visitado el Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada, era un gran admirador y algunas partes del jardín se inspiraron en dichos lugares. Además,