La génesis del Poble Espanyol se expone
La genèse du Poble Espanyol s'expose
Histoire de la « mini Espagne » de Barcelone
El Poble Espanyol est le nom catalan du « village espagnol », musée à l’air libre situé sur la montagne de Montjuïc à Barcelone. Construit sur 49 000 m2, à l’occasion de l’exposition internationale de 1929, ce village s’offrait tel une synthèse architecturale de toute l’Espagne. Une exposition à Barcelone revient sur sa construction et sur les symboles véhiculés par cette mini-Espagne.
Un Hispano Suiza, cuatro ocupantes y 20 000 kilómetros por delante. Una cámara de fotos, innumerables disparos y más de medio millar de pueblos para visitar en menos de dos meses. En septiembre de 1927, una expedición formada por el ingeniero, pintor y crítico de arte Miquel Utrillo, el pintor y dibujante Xavier Nogués, y los arquitectos Ramón Raventós y Francesc Folguera, salía de Barcelona con un plan muy concreto en la cabeza: recoger ideas sobre el terreno para dar forma a una exposición sobre la arquitectura tradicional española. 2. Apuntes al natural de la plaza mayor de Riaza, el Palacio de Fefiñanes de Cambados, el Hospital de Santa Magdalena de Montblanc, fachadas de Cangas de Onís y Besalú, calles de Arcos de la Frontera, la posada de las Ánimas de Ronda, la torre mudéjar de Utebo, las torres de Ávila... Y así hasta llegar al centenar largo de edificios que acabarían replicados a toda velocidad en la ladera de la montaña de Montjuïc, a la sombra del imponente Palacio Nacional que actualmente acoge el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). 3. La idea venía de lejos y, ya en 1923, Miquel Utrillo había propuesto al entonces alcalde de Barcelona, Fernando Álvarez de la Campa, la construcción de un barrio pintoresco que, a la manera de Le Village Suisse que pudo verse en la Exposición Universal de Ginebra de 1896 o Le Vieux Bruxelles de la de Bruselas de 1910, reprodujese en una maqueta los rasgos fundamentales de la arquitectura española. El proyecto, bautizado con el nombre de «Iberiona», debía estar listo para inaugurarse durante la Exposición de Industrias Eléctricas de 1923, cita que nunca se llevó a cabo y que dejó en suspenso la propuesta de Utrillo.
4. En realidad, el ingeniero y crítico de arte no tuvo que esperar demasiado y la Exposición Universal de Barcelona de 1929 le permitió recuperar un proyecto que se antojaba el complemento perfecto a la gran exposición El arte en España. Y es que, si se podían llevar a Barcelona obras de arte de todos los rincones del país, ¿por qué no hacer lo mismo con algunos de sus edificios más insignes? Nacía así el Poble Espanyol, una suerte de España en miniatura que en apenas 13 meses sumó 117 construcciones, monasterio románico incluido. 5. Antes de eso, sin embargo, hacía falta buscar y seleccionar qué construcciones acabarían replicadas en Montjuïc, una expedición que queda ahora documentada en el Archivo Fotográfico de Barcelona con la exposición Un viaje fotográfico. En ella, un centenar de fotografías dan cuenta de aquel viaje de documentación del que Utrillo, Nogués, Raventós y Folguera regresaron con un millar de negativos y libretas de viajes con croquis y anotaciones. Atrás quedaban 20 000 kilómetros, 600 poblaciones y un itinerario en coche con 33 etapas que sentó las bases de lo que hoy en día es una atracción que visitan nada menos que 1,3 millones de personas.
POLO DE ATRACCIÓN
6. Toda una anomalía si tenemos en cuenta que cuando empezaron las obras el 19 de enero de 1928, estaba bastante claro que el Poble Espanyol correría la misma suerte que la mayoría de construcciones de la Exposición Universal y acabaría arrasado por la piqueta. Nada de eso ocurrió y, nueve décadas después, el Poble Espanyol sigue siendo uno de los espacios más pintorescos de la ciudad y un polo de atracción turística y cultural.
7. La exposición, abierta al público hasta el 25 de abril, también plasma la evolución de unas obras que, en tiempo récord, permitieron levantar una suerte de 'frankenstein arquitectónico' a escala que permitía pasar del Palacio del Obispo de Miajadas al Ayuntamiento de Vallderoures y de Navalcarnero a Morella sin moverse de sitio. Eso sí: que nadie busque fidelidad en las proporciones, ya que, los edificios, de naturaleza efímera, no fueron realizados a escala ni con los mismos materiales.
8. «El instinto popular ha señalado este paraje del certamen como de un interés único y sin igual; dentro del mismo es como su corazón, porque España entera está aquí representada con sus bellezas, con su arte, con sus costumbres y también con sus defectos. La idea podía ser original «y, sin embargo, no hallarse lograda», podía leerse en las páginas de ABC el 22 de mayo de 1929, un día después de la inauguración oficial del complejo.
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