INVESTIGADORES ESPAÑOLES ARROJAN LUZ SOBRE LA RESISTENCIA DE LOS RAPA NUI
Des chercheurs espagnols nous éclairent sur la résistance des Rapa Nui
Célèbre pour ses statues moai, l’île de Pâques (Rapa Nui) doit son nom au navigateur hollandais Roggeveen qui y débarqua en 1722, le jour de... Pâques ! L’histoire de cette île située à 3700 kilomètres des côtes chiliennes reste encore mystérieuse mais une étude archéologique internationale vient de révéler comment les habitants produisaient un pigment naturel entre 1200 et 1650…
Tras la pista de la legendaria Terra Australis, el marino holandés Jacob Roggeveen arribaba el 5 de abril de 1722 a una pequeña isla en mitad del Pacífico. Los exploradores europeos la bautizaron como Isla de Pascua en honor al día de esta llegada, la Pascua de Resurrección.
2. Al bajar a tierra, encontraron las colosales y enigmáticas esculturas moais y también a un pequeño número de indígenas. Por aquel entonces, la isla se había quedado sin árboles, por lo que la civilización de los rapa nui se fue encaminando hacia su práctica desaparición.
3. Cuándo y cómo sucedió su colapso supone el otro gran misterio que ha acaparado el esfuerzo de los investigadores a lo largo de la historia. La teoría más extendida es que se produjo en torno al siglo XVII, tras una catástrofe ecológica, cultural y demográfica. Pero la cronología de estos sucesos se ha mantenido envuelta en ambigüedades hasta nuestros días.
PIGMENTOS ROJOS
4. Ahora, un nuevo estudio, liderado por el Museo Moesgard de Dinamarca y en el que ha participado la Universidad Pompeu Fabra, la Autónoma de Barcelona, la de Goethe de Fráncfort del Meno y la de Kiel, en Alemania, arroja luz sobre la continuidad cultural de los rapa nui tras el comienzo de la deforestación a través de una minuciosa investigación de pigmentos rojos usados por la civilización durante siglos.
5. «Aún no se ha determinado para qué se utilizaron. Sin embargo, está claro que el color rojo se consideraba sagrado en la Isla de Pascua. Representaba poder espiritual, fuerza física y fertilidad», asevera Marco Madella, especialista en Arqueología Medioambiental de la Universidad Pompeu Fabra, que ha participado en la investigación. Pese a que la presencia de este pigmento estaba bien documentada por los científicos, su origen y posible proceso de producción no estaban claros.
6. Los equipos del Museo Moesgard y la Universidad de Kiel ya habían documentado la existencia de cientos de pozos que contenían restos de estos pigmentos en varios