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COVID: el gobierno alemán no quiere más confinamientos
Cambio en la política alemana de coronavirus: la incidencia ya no es el criterio para imponer restricciones. La pauta por la que se rigen los políticos alemanes son otras cifras: la de camas libres en los hospitales.
Hasta ahora, según la Ley de Protección contra Infecciones actual en Alemania, si la incidencia es superior a 50 contagios por cada 100.000 habitantes en 7 días, deben reducirse los contactos; las tiendas, restaurantes y cines podrían cerrar. Sin embargo, la incidencia deja de ser el criterio más relevante. El ministro de Salud, Jens Spahn (CDU), propondrá una nueva versión de dicha ley antes de las elecciones generales del 26 de septiembre. en otoño, según el ministro, no habrá confinamiento en Alemania, "ciertamente no para aquellos que han sido vacunados y los que se hayan recuperado (de la enfermedad)".
Especialmente en tiempos de campaña electoral, esta es la noticia positiva de los políticos a los ciudadanos: aquellos que han sido completamente vacunados o se han recuperado no tienen que temer nuevas restricciones, ni aunque aumente la incidencia. Sin embargo, la tasa de infección ha subido de manera constante durante las últimas semanas, debido a la variante delta.
El experto en salud del grupo parlamentario de Los Verdes, Janosch Dahmen, dijo a DW: "Tengo la impresión de que se trata menos de proteger a las personas que de un regalo de campaña electoral para el primer ministro de Renania del NorteWestfalia, Armin Laschet, quien también es candidato a canciller, y en cuya región la pandemia se está descontrolando notablemente".
El SPD, partido de la coalición gobernante que también estuvo representado en el equipo dedicado al coronavirus, no quiere que la buena noticia -más libertad para los vacunados y recuperados- solo se vea como un éxito del partido conservador (CDU). El vicepresidente del grupo parlamentario SPD, Dirk Wiese, dijo at- "La CDU y la CSU han rechazado repetidamente los intentos del SPD de eliminar estos valores de incidencia. Estas son semanas valiosas en las que se podría haber llevado a cabo un procedimiento legislativo adecuado, pero no sucedió por el bloqueo de la CDU".
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En concreto, el nuevo rumbo del Gobierno es libertad para vacunados y recuperados para acceder a restaurantes, cafés, cines, piscinas y gimnasios. Los no inoculados deben hacerse un test y a partir del 11 de octubre lo tendrán que pagarán de su bolsillo. Así lo dijo Armin Laschet, el candidato a canciller de la CDU y la CSU, al tabloide el fin de semana pasado. "Estoy seguro de que seguiremos avanzando con la vacunación, que ya no impondremos ninguna restricción a los vacunados y, sobre todo, que ya no vamos a imponer confinamientos".
El presidente de la Asociación de Médicos de BerlínBrandeburgo, Wolfgang Kreischer, cree que la tasa de infección, es decir, la incidencia, definitivamente debe mantenerse bajo control. "Tenemos que seguir sabiendo cuántas personas están realmente infectadas. Pero los políticos necesitan argumentos para descartar otro confinamiento. Puedo entenderlo", dijo Kreischer en una entrevista con DW. Y agregó: "Se tendría que haber presionado mucho más y antes a los que aún no se han vacunado".
El 40 por ciento de la población aún no está completamente inoculado. "Y con tanta gente sin protección por las vacunas, una incidencia de 200 sería una señal de advertencia", dijo Kreischer.
Pero el Gobierno ha establecido su nuevo rumbo: prioridad para las personas vacu