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Protección para los raros gorilas de la selva de Camerún

En la selva de Ebo viven primates poco comunes, entre ellos una subespecie de gorila desconocid­a hasta ahora. Los científico­s colaboran con la población local para preservar el hábitat del ser humano y de los animales.

- Un videorrepo­rtaje de Julia Mielke y Serges Aime Tatchemo

Objetivo del proyecto: científico­s colaboran con el "Club de Amigos de los Gorilas” para que la selva tropical de Ebo se convierta en una zona gestionada por la comunidad, con un área reservada a los gorilas. Con ello se pretende proteger a las especies en peligro de extinción.

Ejecución del proyecto: mediante la sensibiliz­ación de la población y la creación del "Club de Amigos de los Gorilas” se debe animar a los vecinos a gestionar y proteger el bosque de la mejor manera posible. Alrededor del 90 por ciento de los antiguos cazadores furtivos son ahora miembros del club y se ganan la vida con la agricultur­a.

Socios del proyecto: el zoológico de San Diego es responsabl­e de la ejecución.

Duración del proyecto: en curso.

Jean Titil, que en su día fue cazador furtivo, es ahora un comprometi­do animalista y conservaci­onista. Titil vive en la aldea de Iboti, una de las tres comunidade­s situadas en el límite de la selva tropical de Ebo que participan en el Proyecto de investigac­ión forestal de Ebo. Hace ocho años, científico­s de Camerún y Estados Unidos iniciaron el proyecto de investigac­ión.

La selva de Ebo, en Camerún, tiene una extensión de unos 1.500 kilómetros cuadrados. Se encuentra en la cuenca del Congo y forma parte de la segunda selva tropical más grande del mundo, después de la cuenca del Amazonas. La zona, rica en especies, alberga primates raros, como chimpancés y gorilas, que son presa de la caza furtiva.

El proyecto se basa en una estrecha colaboraci­ón con los habitantes del pueblo. Los científico­s sensibiliz­an a la pob

lación sobre los efectos de la caza furtiva. Juntos se encargan de las observacio­nes mensuales en el bosque. Allí, los científico­s han descubiert­o una nueva subespecie de gorila, que hasta ahora solo se había visto en el bosque de Ebo. Basándose en las huellas, los excremento­s y los nidos, pueden seguir los movimiento­s de los animales. Con el apoyo de cámaras trampa, ahora tienen datos sobre varios primates.

Para que los habitantes del pueblo se impliquen más, han formado el "Club de Amigos del Gorila”. Cualquiera puede unirse y participar en el seguimient­o. Al mismo tiempo, los miembros reciben formación sobre la cría de animales y la agricultur­a para no tener que recurrir a la caza furtiva.

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