Excelencias del Motor

LEYENDAS: HORACIO PAGANI

- POR/BY: WILLY HIERRO ALLEN

LEGENDS: HORACIO PAGANI

¿ómod en ira e e argentino de poco más de años que ha dicho: “eonardo a Vinci me enseñó que arte y ciencia pueden ir de la mano”? Y aclara: “No soy ingeniero, solo he tr ado de desarro ar el ingenio”. or alguno des autos han egado a pagar h si e mi ones de euros.

Casilda, pequeña ciudad de 26 mil habitantes en la provincia de Santa Fe, Argentina, es cuna de Horacio Pagani quien nació en noviembre de 1955. Siempre soñó con fabricar automóvile­s, pero no cualquier automóvil sino “el mejor y más lindo auto del mundo”. Así le dijo a inicio de la década del 80 al ingeniero Giulio Alfieri, director de Lamborghin­i. Entonces tenía 26 años.

De padres panaderos, su madre era aficionada a la pintura y probableme­nte de ahí le viene a Horacio su gen artístico. A los 12 años fabricaba maquetas de autos deportivos (de motor trasero) con madera de balsa y recortes de latas de chocolate ¿sabría ya a lo qué se dedicaría? A los 13 años le dijo a su madre: “Voy a ir a diseñar y construir mis automóvile­s en la cuna del mundo”.

A los 15 años construyó una motociclet­a con la que paseaba por Casilda, su ciudad natal. Luego se mudó a La Plata para estudiar Bellas Artes y, a la vez, cursar algunas materias de ingeniería. En los 70 cerró la universida­d y regresó a Casilda para montar su taller, del que salieron cabinas de pickup, casas rodantes y campers. Siguió los estudios de ingeniería mecánica en la ciudad de Rosario, a 50 km de Casilda.

A los 23 años fabricó un auto Fórmula 2 que compitió en el equipo oficial de Renault. Su mentor Oreste Berta, famoso preparador de autos de carrera, lo llevó a conocer a Juan Manuel Fangio, entonces presidente de Mercedes-Benz Argentina. Fangio escuchó sus proyectos y escribió cinco cartas para los principale­s fabricante­s de autos deportivos italianos.

Ferrari no le hizo caso, pero Lamborghin­i sí y empezó de obrero de tercer nivel (“el de segundo nivel barría el piso” recordó después Pagani). Al año siguiente era el responsabl­e de toda la parte de carrocería en la automotriz italiana. Por esa época comenzó a hacer pruebas con la fibra de carbono, material muy novedoso en esos tiempos. Pero requería una autoclave para darle calidad a las piezas.

En Lamborghin­i no querían comprar la autoclave (“si Ferrari no la tiene”, decían) y Pagani pidió un crédito al banco, la compró y la llevó a su taller particular. En 1991 sale de Lamborghin­i y trabaja en su taller. Fangio le dice que haga su propio auto: “un proyecto tiene validez cuando uno deja de hablar de él y lo transforma en realidad”.

En 1993 inició la construcci­ón de su primer auto: Pagani Zonda, el cual presentó en el Salón de Ginebra (1999). Sensaciona­l. Después el modelo Huayra: motor V12, biturbo, 6.0 L, desarrolla­do por Mercedes-AMG (solo vende motores a Pagani), 790 CV, 380 km/h.

Horacio Pagani es querido y admirado en su natal Casilda, a donde viaja cada año en uno de sus súper-deportivos premium. En 2012 fundó una Escuela de Diseño en Santa Fe con los preceptos de Leonardo Da Vinci: Arte y Ciencia.

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