EL INTEGRAL, UN TALLER DONDE TODO ES POSIBLE
EN LA HABANA, LA CAPITAL DE CUBA, EXISTE UN TALLER CUYA FÓRMULA ES IDEAL: CALIDAD Y CANTIDAD EN SUS SERVICIOS, CONVIRTIÉNDOSE ASÍ EN EL SITIO PERFECTO PARA REPARAR LOS MÁS VARIADOS MODELOS DE AUTOMÓVILES.
Pedro Fernández y su hijo Ramsés son fuerza de trabajo más que suficiente para garantizar el buen servicio en El Integral, un taller de mecánica por cuenta propia (privado) donde cualquier arreglo es posible. «Sin embargo –aclara Pedro– nada sería posible sin el apoyo y ayuda de la familia, especialmente de mi esposa Yohanka».
«Si nos comprometemos, el cliente se llevará su auto completamente reparado», asegura Pedro, no sin antes puntualizar que entre sus variadas ofertas solo se excluyen la chapistería y el pintado del carro.
El slogan que define al taller no podía ser más integral: «todo tipo de servicios»; desde revisión general, scanner y mantenimiento, hasta soldaduras, electricidad, electrónica «y más…» Tampoco discriminan por marcas, o si el auto es antiguo o moderno. «Lo único que no aceptamos son los carros que hayan sufrido demasiadas transformaciones, como algunos de los llamados almendrones, porque no sabemos qué le han puesto dentro».
Al inicio, El Integral solo era un terreno yermo ubicado en Valle 214, entre Mazón y Basarrate, en el municipio Plaza de la Revolución, y la idea de un padre que deseaba ver cómo su hijo se realizaba en el oficio que escogió.
Pedro había decidido abrir el local para que Ramsés tuviera donde trabajar, luego de haberse graduado de mecánico y de haber pasado por varios talleres. «Tuvimos que limpiar, comprar herramientas y legalizarlo todo, poner todo en orden», explica.
Siete años después, el regalo ha fructificado y juntos lo han convertido en un punto de referencia para los choferes, no solo de la capital sino de todo el país; y la pluralidad se extiende también a sus clientes, entre los que figuran unas 30 empresas estatales e incluso instituciones, ubicándose entre sus clientes importantes el Ministerio de Finanzas y Precios, así como Cubanacán.
Pedro agradece de manera especial a la empresa Tecnimport, y sus directivos por haber confiado en él para el uso del local. Sin su ayuda, «no hubiéramos logrado el objetivo y el prestigio que hoy día hemos logrado».