Vía Crucis revive la pasión y muerte de Jesucristo
Iglesia El Calvario Unos 50 jóvenes recrearon los pasajes bíblicos sobre el tortuoso camino de Jesús hacia la cruz, en la séptima avenida de Comayagüela
El Viernes Santo es el día que el catolicismo conmemora la muerte de Jesucristo.
Cada viernes de Semana Santa, la Iglesia Católica recrea las 15 estaciones que recuerdan el pasaje más duro de la vida de Jesús.
La iglesia El Calvario de Comayagüela, protagonizó ayer uno de los más famosos y esperados Vía Crucis de la capital, por su dramática recreación de las escenas.
El evento religioso fue realizado por al menos 50 jóvenes de los movimientos eclesiales, quienes se encargaron de mostrar a los presentes Pa- sión, Muerte y Resurrección del hijo de Dios.
El impresionante Vía Crucis, que inició a las 8:00 de la mañana desde las cercanías del Instituto Hondureño de Seguridad Social ( IHSS), fue arropado por cientos de personas, entre católicos y turistas que no se quisieron perder el tradicional evento.
Durante más de cuatro horas, los devotos acompañaron la procesión en la que ni los penetrantes rayos del sol impidieron su presencia. “Este Vía Crucis es un camino de luz en el que en cada estación, el Señor nos invita a que poco a poco nos vayamos despojando de nosotros, para darle lugar a él y a su misericordia”, aseguró Lenín Cruz, párroco de la iglesia.
Vía Crucis
El olor a incienso acompañaba el paso de los caminantes y se impregnaba en el am-
biente a raíz del intenso sol.
A pesar del ardiente clima, los cientos de presentes entre ancianos, niños y mujeres -en su mayoría-, no abandonaron el emblemático evento.
El cruel recorrido fue protagonizado por el joven Mario Juárez, quien personificó a Jesús con la cruz a cuestas, y recibiendo latigazos reales frente a miles de presentes.
Sin embargo, el personaje que se robó la atención de grandes y pequeños fue el “demonio”, a cargo de Erick Juárez, pues su caracterización hacía parecer aún más real las escenas.
La imagen de María, protagonizada por la señora Zoila Rivera, fue uno de momentos más reflexivos en el camino hacia la cruz, al haber hecho correr las lágrimas por sus mejillas tras la crucifixión.
“Las lágrimas y el dolor de María representan el dolor de toda madre que pierde a su hijo a causa de las injusticias del hombre”, enfatizó el sacerdote.
Las estaciones
En las primeras siete estaciones, la presencia de feligreses fue mínima. Fue hasta las 9:00 de la mañana, al llegar a la octava estación, donde una multitud se aglomeró a presenciar el Vía Crucis.
Con cánticos y oraciones, las calles del barrio Lempira atestiguaron el recorrido, donde la fe y devoción se apoderaron del ambiente.
Desde sus casas, cientos de personas salían a tomar fotografías para retratar por años las coloridas e impresionantes escenas católicas.
Las últimas tres estaciones, en las que Jesús es clavado, muerto en la cruz y entregado a su madre, fueron recreadas frente a El Calvario, donde tres cruces de madera representaban la crucifixión de Jesús y de dos ladrones.
En cada estación, los capitalinos rememoraron las escenas donde hace dos mil años, Jesús venció la muerte