Invitado Menos es más
incrementado y con ellas un modelo que pone en peligro la vida de millones de especies, incluida el ser humano. Ahora desarrollo no significa vivir mejor sino tener más.
En la casa más pobre puede faltar una cama, pero jamás un televisor. Millones de alimentos en la basura, ordenadores obsoletos cada año, móviles que se renuevan sin cesar, colecciones de ropa que cambian cada semana. Las cosas envejecen en un abrir y cerrar de ojos para ser reemplazadas por otras que correrán la misma suerte. En las noticias aparecen empresas de bolsa que suben y bajan, y nos preocupamos por la economía, no por las personas. Se ha alcanzado un punto en el que se podrían enterrar ciudades enteras sólo con las cosas que no necesitamos. La economía depende cada vez más de las enormes producciones de bienes.
En 1961 la humanidad consumía 2 tercios de los recursos naturales disponibles en el planeta, ahora se precisa más de un planeta y medio para abastecer dichas necesidades. La explotación de los recursos naturales que sostiene ese modelo ha causado el cambio climático. La falsa creencia de que la destrucción del ambiente es un mal necesario para el desarrollo puede convertir gran parte de fauna y flora en recuerdos.
El modelo de desarrollo ha provocado una degradación medioambiental y social, pero las acciones que pueden mejorar la vida del planeta están en las manos de todos. Un consumo justo, solidario, responsable y adecuado con la naturaleza es posible. “Sólo después de que el último árbol sea cortado, sólo después de que el último río haya sido envenenado, sólo después de que el último pez haya sido atrapado, sólo entonces nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer”, cuenta la profecía india. Porque cada vez hay menos árboles, menos agua, menos vida y sin embargo el consumo aumenta. El Medio Ambiente va más allá de pelear por los derechos de los animales, los bosques, los océanos o el efecto invernadero, es luchar por nosotros mismos, porque nosotros también somos Medio Ambiente. Cada día es una oportunidad nueva de hacer mejor las cosas, ser mejor no es tener más sino necesitar menos as posibilidades de sufrir una muerte prematura aumentan un 14% en las personas mayores que sufren soledad extrema, según una investigación de John Cacioppo, profesor en la Universidad de Chicago. A pesar de que la soledad se pueda experimentar a lo largo de la vida, el riesgo aumenta de manera notable en la vejez. El estudio examina el papel de la satisfacción en las relaciones sociales de las personas mayores a la hora de desarrollar la capacidad de enfrentarse a la adversidad y a los retos propios del día a día. En una conferencia titulada “Las conexiones gratificantes sociales promueven un envejecimiento exitoso”, el profesor de psicología señaló sobre la soledad extrema: “Las consecuencias para la salud son dramáticas porque sentirse aislado de los demás puede interrumpir el sueño, elevar la presión arterial e incrementar la tasa de la hormona del estrés cortisol por la mañana. También alterar la expresión génica en las células inmunes y aumentar la depresión y disminuir el bienestar subjetivo general”. La soledad de las personas que se sienten solas, y no de las que viven solas, debilita el sistema inmunológico, y en consecuencia incrementa el riesgo de padecer enfermedades. Sin embargo, se puede paliar si se mantienen activos los círculos sociales. Uno de los momentos clave en el cambio de ambiente social es la jubilación y la salida del mercado laboral. Un envejecimiento activo puede evitar que los mayores sufran soledad. La mayoría de las personas que llegan a la vejez inician alguna actividad nueva que no realizaban antes, como el deporte o ejercicio físico, los cursos de manualidades, el turismo, salir con los amigos y cultivar un huerto o jardín. Los mayores que se encuentran en la primera franja de edad tienden a emprender más actividades y a sentirse menos solas, quizás por haber tenido una experiencia vital diferente respecto a las generaciones precedentes.
En palabras del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez: “El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”
A través del bombardeo mediático nuestras necesidades han incrementado y con ellas un modelo que pone en peligro la vida de millones de especies, incluida el ser humano”.