Elecciones “¿Y si Donald Trump llega a ser presidente de EE UU?”
por las cuales encabeza las elecciones internas del Partido Republicano.
Su estrategia y oratoria apelan a la creciente insatisfacción de sectores sociales de su país, de la clase trabajadora carente de educación superior, que ha perdido sus empleos debido a la política de las multinacionales de trasladar puestos de trabajo hacia países tercermundistas en donde se pagan salarios muy por debajo de los que devengaban los “blue collars” en Estados Unidos; a ello se agrega la creciente competencia comercial de China, que inunda el mercado estadounidense con mercancías de buena calidad y a precios competitivos.
Esa frustración también se dirige hacia los inmigrantes indocumentados, que al no encontrar oportunidades laborales en sus países de origen (incluyendo el nuestro), se desplazan hacia el Primer Mundo en búsqueda de trabajo y seguridad ante la violencia e inseguridad imperantes en sus patrias. Y Trump dirige sus ataques hacia los “mojados” latinos, en especial, pero no únicamente, los mexicanos.
La alienación colectiva también se alimenta del hecho de que Estados Unidos, si bien sigue siendo la superpotencia militar, en lo económico y tecnológico se ve crecientemente desafiada por China. A ello agréguese el temor hacia la creciente diversidad racial y cultural de su país, ejemplificada por el hecho de que en California los blancos hoy son minoría étni- ca, superada por la sumatoria de latinos, asiáticos y negros.
También ese malestar se orienta a los tratados de libre comercio suscritos por Washington con otras naciones, como elemento clave del proceso globalizador. Se concluye que no es Estados Unidos el gran beneficiario, sino las multinacionales.
A todos estos factores debe agregarse el disgusto con las élites políticas republicanas, constituidas por personas y familiares integrantes del 1% poblacional, el que crecientemente concentra mayores cuotas de riqueza y poder, a expensas de las clases media y baja, totalmente indiferente e ignorante de las preocupaciones y angustias cotidianas de las bases, que, con su voto, han posibilitado que su partido controle hoy ambas ramas del Legislativo.
La demagogia y total falta de experiencia en política exterior de Trump preocupa tanto a esa élite como a la comunidad internacional, pero debe recordarse que, en muchos aspectos, él es una criatura tolerada y alentada por el “establishment” republicano, hoy tratando, tardíamente, de impedir que alcance ser el nominado para enfrentar a Hillary Clinton en los comicios de este año.
Toca al electorado estadounidense optar por él o por ella, identificada, como le recuerda su contendiente demócrata Sanders, con los banqueros y especuladores de Wall Street
La alienación colectiva también se alimenta del hecho de que Estados Unidos, si bien sigue siendo la superpotencia militar, en lo económico y tecnológico se ve crecientemente desafiada por China”.