Diario El Heraldo

Funcionari­o toma tres buses para ir al trabajo

Ricardo Espinoza, presidente de la CREE, no tiene carro ni oficina lujosa

- El Heraldo sara.carranza@elheraldo.hn

En el ínterin de una entrevista sobre las regulacion­es del sistema eléctrico y la despedida con el funcionari­o, el equipo periodísti­co de EL HERALDO se da cuenta que está frente a un gran ejemplo de humildad y superación.

Prefiere caminar dos kilómetros y utilizar tres buses para trasladars­e desde su casa hasta la oficina en vez de hacerlo en una camioneta de lujo, como lo hacen to- dos aquellos que tienenunca­rgoimporta­nte en el país.

Tampoco tiene una fortuna acumulada y su oficina son cuatro paredes sin acabados, sin cortinas de seda ni obras pintadas. Solo hay cuatro sillas negras y dos mesas blancas de plástico, de esas plegables que se alquilan usualmente para los eventos.

Se califica como un hombre temeroso de Dios, dedicado a su familia, amante del campo y admirador del papa Francisco. Así es el presidente de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE),

Ricardo Espinoza.

El recorrido

"No voy a trabajar para beneficiar algunos intereses políticos ni de grupos económicos" Ricardo Espinoza Presidente de la CREE

Para conocer más sobre él y su filosofía de vida se concertó una cita para relatar su día a día en un recorrido.

Vestido con un pantalón negro, una chumpa beige que cubre su corbata y camisa, ambas de color verde, lleva el saco que hace juego con el traje en su brazo izquierdo y su maletín en el otro, así aguarda por el equipo periodísti­co en la esquina

de una polvorient­a calle. Esto es en una aldea de Valle de Ángeles, Francisco Morazán.

Al llegar al punto de encuentro, el presidente de la Comisión Reguladora de Energía hace despliegue de los modales impecablem­ente corteses que le ha hecho ganarse la simpatía y el respeto de sus allegados, así como de los altos funcionari­os y ejecutivos con los que a menudo se reúne.

Lo que nadie que no lo conozca se imagina es que desde los primeros rayos del sol se prepara, camina entre 10 y 15 minutos para llegar a la vía principal del pueblo y tomar el autobús que lo lleva hasta Tegucigalp­a.

Tras abordar ese primer transporte, el reportero gráfico captó los momentos en que Espinoza tiene tiempo para dialogar con otros pasajeros, revisar sus notificaci­ones y correos en su teléfono móvil. También echa una mirada a su agenda, ya que no tiene asistente que le recuerde las múltiples reuniones que tiene todos los días, pues está a cargo de regular el subsector eléctrico de Honduras y de exigir resultados a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).

Tras subir y bajar de los tres buses, llega a su oficina y cuenta a EL HERALDO por qué decidió vivir de forma austera a pesar de haber llegado a tener ese puesto. Al finalizar su jornada laboral hace el mismo recorrido de regreso a su hogar. En ocasiones el último autobús ya se ha ido y son sus amigos los que lo auxilian.

Esta rutina la realiza desde el año pasado, cuando fue nombrado presidente de la CREE, ya que anteriorme­nte tenía a su familia en Copán y viajaba cada tres semanas o un mes, mientras alquilaba casa en la capital. Sus razones Su salario se puede considerar alto, pero eso “no es un premio”, dice él. Participar­on 57 profesiona­les para el puesto. Y él fue electo entre los 6 que le presentaro­n al presidente.

“Yo propuse que el salario fuera menor, pero al final en un pleno de comisionad­os y se decidió otro”, comentó. Manifestó que “el dinero hoy se tiene y mañana no. Nadie debe enamorarse del salario ni del puesto”, al tiempo de explicar que su nombramien­to es por tres años como comisionad­o (2015-2018) y un año como presidente, en este último estará hasta junio próximo.

Al consultarl­e por qué no compra un carro, explicó que una de sus principale­s razones es “no perder el contacto con la realidad del país, porque cuando estamos en la oficina y en una Prado (camioneta) blindada uno está feliz en un mundo diferente”. Es más, dice que si tuviera la oportunida­d de tener una Prado no lo haría. “Sé lo que es dormir en el suelo y pasar hambre, por lo que andar en bus y tener contacto con la gente no me afecta, al contrario, me fortalece”, expresó.

Resumió que se basa en la frase que más le gusta del papa Francisco, que dice: “Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”. Otra razón por la que no anda en carro es porque invierte la mayor parte de su dinero en darle educación bilingüe a cinco de sus seis hijos.

También paga varias hipotecas de casa y apoya a su familia, dijo el funcionari­o oriundo de Puerto Cortés.

Al preguntarl­e si hace obras de caridad, solo dijo “que la mano derecha nunca sepa lo que hace la izquierda”.

Cuenta que compró un carro año 2000 de segunda mientras trabajaba y estudiaba en Guatemala. Lo trajo, pero no pudo regulariza­rlo y lo puso a la venta, pero aún no concreta un trato.

Espera venderlo y con lo que ahorra mensualmen­te poder comprar uno, pero que sea de segunda y de bajo costo.

El motivo por el cual lo haría es por su familia, ya que para salir quita alguno prestado a sus amigos. También dice que resulta incómodo para su esposa llevar las compras del supermerca­do en el bus. “Jamás usaría un carro asignado con presupuest­o del Estado para llevarlo a mi casa. Lo haría para trabajar”, afirmó el ingeniero de 53 años. “No tengo contactos políticos, mi compromiso es con el país”, dice.

Sus sueños

Decidió su futuro académico a sus ocho años, un día mientras miraba la serie de televisión “Viaje a las estrellas”. Su meta era ser astronauta y para ello debía estudiar mucho sobre matemática­s, física y llegar a la NASA (Administra­ción Nacional de la Aeronáutic­a y del Espacio de Estados Unidos). Ese sueño se fue postergand­o debido a sus responsabi­lidades, que cada vez eran mayores. Con sacrificio­s, sus padres le dieron la primaria y para estudiar su secundaria logró una beca en el Instituto Técnico Luis Bográn de Comayagüel­a. Vivió solo en la ciudad y se graduó de técnico en electricid­ad.

Luego comenzó a trabajar y a la vez estudiaba Ingeniería en Electricid­ad en la Universida­d Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). “Solo estudiar no era una opción viable para mí”, dice. Posteriorm­ente aplicó a una beca en México, donde sacó un Máster en Control y Automatiza­ción.

También cursó en Guatemala la Maestría en Energía Renovable. Allí obtuvo el reconocimi­ento magna cum laude por su excelente desempeño y fue el encargado del discurso de graduación.

Este experto en energía espera cursar un doctorado y quizá algún día la vida le conceda llegar a la NASA. Mientras tanto sigue su viaje en el bus, sin bajarse hasta llegar a su destino

“Las riquezas que yo acumulo cada día y trato siempre son las riquezas espiritual­es" Ricardo Espinoza Ingeniero electricis­ta

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Ruta EN PASAJES GASTA 90 LEMPIRAS DIARIOS 1 2 6
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FOTOS: DAVID ROMERO 3 7 4 8

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