Índice de desnutrición infantil supera el promedio nacional en Choluteca
Según datos de la Secretaría de Salud, los casos comprobados de desnutrición en el departamento suman 1,895. A nivel nacional, el promedio de menores de cinco años desnutridos es del 1% y en el departamento de Choluteca asciende a 3.1%
60 por ciento de personas con desnutrición en Honduras residen en el corredor seco y viven en la pobreza.
A nivel nacional, el promedio de niños con desnutrición aguda es del 1%, pero en el departamento de Choluteca ese indicador asciende a 3.1%.
Actualmente, la Secretaría de Salud registra un total de 3,246 casos de niños menores de cinco años que fueron evaluados en los centros de salud por tener sospecha de padecer desnutrición, concluyendo que al menos 1,895 se encuentran en esta condición.
Del total de niños confirmados con la patología, unos 1,212 presentan un cuadro crónico de la enfermedad, 288 niños mantienen un caso agudo, siendo este el más grave, y unos 395 muestran desnutrición global.
Los niños evaluados proceden de municipios como Apacilagua, El Corpus, Choluteca, Morolica, Namasigüe y Orocuina, en Choluteca, al igual que Soledad y Liure, en El Paraíso.
Las causas
Las autoridades de la región sanitarianúmero seis atribuyen el problema a la falta de recursos económicos, al embarazo en adolescentes y a la escasa atención médica especializada.
Y es que pese a las acciones emprendidas por parte del personal de salud, los índices de la enfermedad se mantienen altos y cada vez gana más terreno a causa de la apatía ciudadana.
Si bien la desnutrición crónica es la que más pacientes reporta, son los niños que padecen un cuadro agudo los que más preocupan a las autoridades de salud. La desnutrición aguda se identifica a través de la medición del peso del niño, su tamaño y la talla, en ocasiones los menores presentan delgadez severa y sobrepeso o inflamación. Mientras que la desnutrición crónica se identifica en el retraso del crecimiento que experimentan los menores.
Y en el caso de la desnutrición global, es una variable de las dos anteriores, es decir se toma en consideración el peso y la edad del menor para saber si padece la variante de la patología.
Nora Díaz, técnico en control de la gestión, explicó que en los últimos años se han reforzado las acciones para combatir la enfermedad, pero las costumbres ciudadanas interfieren en el proceso.
“Estamos luchando con la manera de pensar del padre de familia que desprecia comerse o darle un mango que está en el suelo a su hijo y prefiere darle un churro”, lamentó Díaz.
La Secretaría capacita a padres de familia, dirigentes comunales y personal asignado a los centros de salud en técnicas alimenticias de bajo costo, entre estas la utilización de productos locales, como hojas verdes, hortalizas y frutas. “La mayoría de las plantas y frutas que hay en los patios de las casas pueden ser utilizadas para alimentar a un niño o una familia desnutrida”.
La falta de escolaridad de los padres provoca que muchos menores no sean atendidos a tiempo.
Con el objetivo de prevenir que se den más casos y salvar vidas surgió la Fundación para el Desarrollo del Sur (Fundesur), que con su proyecto Nutrivida logró salvar de las garras de la desnutrición a 59 niños de cuatro comunidades de Marcovia, El Triunfo, Namasigüe y San Lorenzo, en Valle