Exposición En su nueva obra Santos Arzú Quioto aborda el tema de la muerte sin evasiones, indagando situaciones y realidades
grime como valor altamente jerarquizado, sin embargo, las acciones demuestran lo contrario, y no solo me refiero a una violencia evidente, burda y cruenta, sino a otras muertes más sutiles y “agresividades”, menos directas pero tan perniciosas como la otra.
Por supuesto que la sociedad sigue siendo un punto clave en mi propuesta, estoy inmerso en ella, me condiciona aunque no me determina, este hacer consciente los condicionamientos me ayuda a hacer este tipo de proyectos, rescatar y potenciar los valores y pulverizar lo negativo... al menos me permite plantearlo. No olvidemos que son “solo” propuestas.
Me considero artista de procesos, hace unos años (2006) en el proyecto “Tiempo, límite y espacio (Hacia lo interno)” presentado en el Centro de Artes Visuales Contemporáneo de Mujeres en las Artes, expuse que el desarrollo de estos proyectos se asemeja a una espiral ascendente y en consecuencia siempre existirá concatenación entre los mismos, sin que esto implique necesariamente una relación lineal de continuidad. Estamos hablando de si el statement o declaración de artista permea todo estos proyectos indefectiblemente estarán unidos.
Sin embargo, cada puesta en escena tiene sus particularidades y se adaptan o diseñan para el espacio específico. En este caso está vinculado con esta realidad de la muerte, con el ingrediente de estar conectado con partidas de familiares.
En este proyecto atisbamos al catracho desvalido y vulnerable, pero no vencido.
“Señor, guarda mis entradas y salidas” es la jaculatoria -conjuro del hondureño al salir del hogar-, refrendada por aspersión de ruda y letanías.
Retornar ileso a casa, al final de la jornada, es un aconteci-