CONVERTIDO EN EJEMPLO DE HONESTIDAD
Nada pudo haber preparado al productor de La La Land, Jordan Horowitz, para el desalentador momento que vivió el domingo en los Oscar: pasó de dar el discurso triunfal a convertirse en el improvisado presentador del galardón para sus contrincantes. Horowitz no solo aceptó la derrota, sino que dijo sentirse “orgulloso” de entregar el Oscar a “sus amigos” de Moonlight, a quienes extendió un fraternal abrazo. Pero más allá de la pena, su acción fue aplaudida por muchos, quienes lo catalogaron como un ejemplo digno de admirar en medio del convulso contexto social y político que enfrenta Estados Unidos.