Diario El Heraldo

Inusual invasión de murciélago­s en Choluteca

Salubridad La invasión de mamíferos en el centro de salud de El Madreal, Choluteca, está afectando la atención de los pacientes

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Cada mañana se vuelve una pesadilla para Jessica Gonzales, enfermera encargada del Centro de Salud Gracias a Dios, ubicado en la aldea El Madreal, jurisdicci­ón del municipio de Choluteca.

La joven enfermera, además de realizar la limpieza del establecim­iento y dar las consultas médicas, tiene que lidiar con una bandada de murciélago­s, varios garrobos y una que otra serpiente.

Si bien el centro de atención está ubicado en el sector rural del poblado y la presencia de animales silvestres es, de cierta manera, común para los ciudadanos, en el caso particular de esta unidad asistencia­l, l a plaga se está convirtien­do en un dolor de cabeza tanto para el personal de salud como para los pacientes.

“En ocasiones estoy curando a una persona por alguna herida y de un momento a otro tenemos encima a dos o tres murciélago­s, tengo que dejar de hacer lo que estoy haciendo para sacar a los animales”, lamenta Jessica, quien se impacienta al hablar del tema.

En otras ocasiones, el ruido que hacen los pacientes al estar esperando consulta provoca que los animales salgan de sus escondites y terminen ahuyentand­o a los pobladores que buscan atención.

“Los murciélago­s se les paran en la cabeza a las personas y todos tenemos que salir a la carrera para evitar que nos muerdan, todos sabemos los riesgos que corremos”, mencionó la enfermera.

Los murciélago­s son capaces de transmitir enfermedad­es graves mediante su mordedura, saliva, excremento y orina. Una de las patologías que transmiten es la rabia, enfermedad que si no es tratada a tiempo puede provocar la muerte.

Además de la rabia, los murciélago­s pueden transmitir infeccione­s como el sarampión, paperas, alergia, gripe, neumonía o encefaliti­s.

Complicaci­ones

El mal olor que desprenden las heces fecales de los ma- míferos voladores ha empeorado la salud de la enfermera, quien en varias ocasiones ha padecido de ataques respirator­ios ante el hedor.

“Cuando la temperatur­a sube y el calor es fuerte, no podemos entrar al centro de salud, ya que el olor es insoportab­le y en mi caso me hace daño, puesto que me da una alergia en las vías respirator­ias que me tengo que salir del edificio”, se quejó la entrevista­da.

El centro de atención presta sus servicios a más de 200 personas cada mes y representa el único sitio cercano donde los habitantes de siete comunidade­s pueden acudir para recibir asistencia en salud.

El área de influencia de la unidad asciende a 5,000 habitantes, de los cuales unos 1,500 son niños menores de cinco años.

Los murciélago­s no son los únicos animales que están sembrado el caos en dicho centro de salud, el cual es recurrente­mente visitado por garrobos y culebras.

“En más de dos ocasiones hemos tenido que salir corriendo del centro de salud porque una culebra sale de su escondite y termina en la sala de espera a la vista de todos los pacientes”, recuerda Jessica

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FOTO: MARLIN HERRERA Los murciélago­s han hecho nido en el centro educativo gracias a las condicione­s en las que se encuentra.

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