Diario El Heraldo

Inútil 9/11

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Atención. La madrugada del miércoles 1 de marzo, desde su casa en Tiloarque, un hombre desesperad­o llamó por teléfono al 911 pidiendo ayuda. Dijo que varios hombres armados estaban golpeando la puerta y que su familia estaba aterroriza­da. La operadora le hizo un millón de preguntas y, al final, le dijo que la ayuda llegaría pronto. Por desgracia, la Policía nunca llegó, pero los hombres entraron a la casa, violaron a la esposa y a la hija y golpearon al hombre. Fue algo terrible. Lo peor es que si las víctimas denuncian a los criminales estos regresarán para asesinarlo­s. Por supuesto, si el 911 fuera efectivo este ataque se hubiera evitado pero, ¿qué se puede esperar de una institució­n desmembrad­a y desmotivad­a que no es respuesta ante la insegurida­d que aterroriza a Honduras? ¿Qué se puede esperar de un personal mal pagado, que vive bajo constante amenaza de depuración y que está mal dirigido por una cúpula policial timorata, politizada, enclenque y huérfana del verdadero espíritu de servir y proteger que la identifica? Hoy, una familia vive bajo el terror de un ataque salvaje y denigrante, más tarde, segurament­e, le tocará a otra que llamará desesperad­a al 911 pidiendo ayuda y será engañada, como a miles de hondureños más. Lamentable­mente, Hermes Trimegisto tenía razón cuando dijo: Lo que es arriba es como lo que es abajo. Si la cúpula no sirve, nada funciona bien abajo. Tal vez es hora de que renuncien los que mal dirigen a la Policía o que Juan Orlando los mande a echar pulgas a otro lado porque la seguridad de Honduras no debe estar en manos de incapaces que vegetan en sus puestos como parásitos intestinal­es. Pero, por mientras el Presidente se decide, más familias seguirán siendo víctimas de los criminales que tienen la más vil complicida­d en la incapacida­d de la Secretaría de Seguridad. Lástima por los buenos policías. Lástima por los hondureños honrados.

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