Cantos, aplausos y ladridos le pusieron sazón a la jornada
Civismo Jóvenes, niños y adultos madrugaron a las urnas para hacer efectivo su derecho de elegir a los candidatos en las próximas elecciones generales. Música, baile y color estuvieron a la orden del día
El proceso electivo de ayer fue toda una fiesta democrática que dio chance hasta para arrancar sonrisas.
Los niños que acompañaron a sus padres a los centros de votación, los jóvenes que se mancharon el dedo por primera vez, adultos mayores que llegaron puntuales a las urnas, mascotas que no se quedaron en casa, cantos y aplausos, y uno que otro chusco le dieron ese rico picante al proceso. En general, la jornada estuvo llena de color y alegres escenas.
Pese a que la mayoría de las urnas fueron abiertas pocos minutos después de las siete de la mañana, fue pasadas las ocho cuando se comenzó a ver afluencia de ciudadanos.
Unos llegaron casi en pijama a ejercer su voto, mientras que otros, especialmente las damas, se arreglaron para posar para la foto luego de depositar las papeletas en las urnas.
Los pequeñines no se quedaron en casa, pues a lo largo de las votaciones se vieron muchos niños en los centros de votación acompañando a sus padres.
Un canto a la Virgen
Uno de los votantes que se robó el espectáculo fue don Víctor Manuel Sotero, un abuelo de más de 80 años que, acompañado de su armónica, ejerció su voto en las urnas nacionalistas en la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio de Tegucigalpa.
“Vengo a votar, pero antes de hacer mi voto, le quiero cantar a la Virgencita de Suyapa”, dijo el abuelo.
Momentos después, el aula donde el noble señor cantó, se llenó de aplausos.
Mascotas
Quienes también madrugaron a las urnas fueron las mascotas. Pues no faltó quien llegara acompañado de su perrito.
Los inquietos animalitos se robaron las miradas y las simpatías de varios asistentes de las votaciones. Una sorpresa se llevaron los simpatizantes del Partido Libertad y Refundación (Libre) de la mesa 4302 en uno de los gimnasios de la Villa Olímpica, cuando al llegar se dieron cuenta que literalmente no había mesa.
Tanto las papeletas como las urnas estaban puestas en el suelo. Esta misma situación la vivieron otras mesas, en don- de los votante se ofrecieron a prestar mobiliario de sus hogares para que las elecciones de su partido se llevaran a cabo en mejores condiciones.
En el caso de otros miembros, tuvieron que hacer uso de los podios de premiación del mismo complejo deportivo para hacer una mesa donde colocar los instrumentos
Esas y otras cuestiones hicieron de este proceso un verdadero espectáculo