La extorsión y la denuncia
Hay una incongruencia entre la cantidad de centros educativos que son extorsionados y los que denuncian ser víctimas del delito.
Según datos de la dirección departamental de Educación de Francisco Morazán, alrededor de 20 escuelas y colegios del Distrito Central son afectados por la extorsión. Sin embargo, como ha dado a conocer recientemente la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), apenas dos colegios han denunciado en lo que va del 2017 los cobros por extorsión. Uno de ellos es el Instituto Modelo, cuyos propietarios debieron cerrar apenas unas semanas atrás, después de casi cuatro décadas de servicio, por las amenazas de los extorsionadores. Y he allí uno de los meollos del asunto, porque en el caso de este centro de estudio sí se acudió ante las autoridades, que no dieron muestras de capacidad para resolver el grave problema que estaba ocurriendo. Entonces, si es mayor el miedo a los que extorsionan que la confianza en la eficiencia de la autoridad, seguiremos viendo lo mismo: escuelas y colegios sometidos ante este flagelo, al que robustecen al ceder ante las inicuas demandas de dinero o que cierran sus portones antes que acatarlas.
La extorsión es uno de los mayores problemas de inseguridad que afectan a diferentes sectores de nuestro país, pero cuando se trata de uno tan sensible como el de la educación esperaríamos un mayor grado de compromiso, efectividad y celeridad de los entes de seguridad. A nivel nacional, unos 400 centros de enseñanza se encuentran en zonas vulnerables, lo que demanda un trabajo coordinado entre Educación y Seguridad para evitar que jóvenes y maestros sean víctimas de estos grupos antisociales.
Las reformas al Código Penal entraron en vigencia, pero no bastan por sí mismas para frenar la extorsión si no hay pruebas contundentes, producto de una eficaz investigación criminal, que lleven ante los tribunales a los mandaderos, pero también a los cabecillas de estas estructuras criminales.
La desconfianza de la población en los organismos de seguridad y justicia solo podrá ser superada en la medida en que se vea voluntad para combatir de raíz estas amenazas