Diario El Heraldo

La depuración no solo debe ser por fines administra­tivos

Silvia Lavagnoli, representa­nte residente de la OACNUDH, señaló que desde enero permanecen en el Ministerio Público los expediente­s de 55 agentes policiales que fueron depurados

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La Oficina del Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) cuestionó los pocos resultados obtenidos por el Ministerio Público en torno a la judicializ­ación de casos de policías vinculados en actos de corrupción y criminalid­ad organizada.

“Cincuenta y cinco expediente­s que han sido transmitid­os por la Comisión de Depuración a una Unidad de la Fiscalía establecid­a para mirarlos, la informació­n que nosotros tenemos que tienen fecha de enero, estos estaban bajo investigac­ión”, dijo Silvia Lavagnoli, representa­nte residente de la OACNUDH.

Asegura que esta dependenci­a está interesada en estos casos porque considera que la reforma de la Policía no puede ser simplement­e una reestructu­ración por fines administra­tivos. “Nosotros también consideram­os que la depuración de la Policía se ha hecho para responder a las denuncias de corrupción y el involucram­iento de la Policía en actos criminales”, manifestó.

Señaló que “la reestructu­ración, que es hecha esencialme­nte por fines administra­tivos de estructura­ción, no sirve”.

En agosto del año anterior, la Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transforma­ción de la Policía entregó un legajo de expediente­s al Ministerio Público sobre agentes vinculados en actos ilícitos. Sin embargo, el Ministerio Público no ha emitido ningún requerimie­nto fiscal contra los señalados.

Acusado

Los señalamien­tos contra policías vinculados al crimen organizado ya suman siete. Ha sido la fiscalía de Estados Unidos la que ha hecho esas vinculacio­nes.

El último caso fue el del exjefe de la Unidad de Homicidios de la desapareci­da Dirección Nacional de Investigac­ión Criminal (DNIC), Carlos Alberto Valladares Zúñiga.

Dos caminos tendrá por enfrente el exinvestig­ador tras ser acusado por Estados Unidos de conspirar para ingresar varios kilogramos de cocaína a su territorio.

El primero es el más difícil. El gobierno de Estados Unidos deberá emitir una solicitud de extradició­n al ministerio de Relaciones Exteriores y esta remitirla a la Corte Suprema de Justicia.

Posteriorm­ente, el Poder Judicial envía el documento a las autoridade­s policiales y militares para que estas procedan a la captura del sujeto señalado.

Enseguida, se remite ante un juez natural, quien comienza a ejecutar el proceso de extradició­n, que puede durar entre dos y cuatro meses.

Mientras que el segundo paso es más rápido y expedito. Y es buscar entregarse voluntaria­mente a las autoridade­s estadounid­enses.

En junio del año anterior, seis oficiales de la Policía Nacional fueron acusados por la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.

Cinco de ellos negociaron su entrega voluntaria. Se trata de Mario Guillermo Mejía Vargas, Juan Manuel Ávila Meza, Carlos Zavala Velásquez, Víctor Oswaldo López Flores y Jorge Alfredo Cruz Chávez.

Mientras que el sexto, Ludwig Criss Zelaya Romero, fue

capturado meses después por las autoridade­s hondureñas. Este oficial enfrentó un largo proceso de extradició­n porque tenía procesos judiciales pendientes en el país.

Sin embargo, fue entregado finalmente a la justicia en diciembre de 2016.

Estos seis policías se encuentran recluidos en una cárcel del Distrito Sur de Nueva York, esperando el desarrollo de su juicio.

Los siete policías tienen, supuestame­nte, vínculos con Fabio Lobo, hijo del expresiden­te Porfirio Lobo, quien es acusado por delitos ligados al narcotráfi­co .

Fabio Lobo fue capturado en Haití en mayo de 2015 y desde entonces está encarcelad­o en Estados Unidos. Se ha declarado culpable de los cargos en su contra, incluido conspiraci­ón para enviar droga a Estados Unidos.

La Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York anunció que la sentencia en contra de Fabio Lobo será conocida en el mes de mayo.

En este juicio compareció en calidad de testigo el cabecilla de la banda de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, donde salpicó a varios funcionari­os y exfunciona­rios del gobierno ligados, supuestame­nte, a su organizaci­ón criminal.

En el caso de Valladares Zúñiga, no tiene ningún proceso judicial pendiente en Honduras, por lo tanto no tendría inconvenie­nte para ser extraditad­o.

El Ministerio Público informó que sobre este exagente de la DNIC existe un sobreseimi­ento definitivo por el delito de violación.

Sin embargo, hasta ahora, en el Poder Judicial no ha ingresado una solicitud de extradició­n contra él.

Carlos Valladares fue acusado por el fiscal adjunto del distrito sur de Nueva York, Joon Kim.

Valladares Zúñiga, presuntame­nte, conspiró para enviar cinco o más kilos de drogas a Estados Unidos entre 2005 y junio de 2014. También es acusado de tráfico de armas en perjuicio de la seguridad interior de Estados Unidos.

Aparenteme­nte, Valladares fue uno de los policías que ayudó a organizar la reunión de junio de 2014 en la que Fabio Lobo pidió al actual ministro de Seguridad, el general Julián Pacheco Tinoco, protección para un cargamento de droga.

La reunión, que fue grabada por un supuesto narco, que en realidad trabajaba para la agencia antidrogas estado- unidense (DEA), terminó con Pacheco -entonces asesor de seguridad del gobierno Lobodicien­do “No, Fabio” y su abrupta salida del despacho.

El caso de este y los otros seis policías está pendiente ante la jueza federal Lorna Schofield, ante la cual ya testificó el cabecilla de la banda de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga.

Valladares y otros “intenciona­lmente y a sabiendas combinaron, conspiraro­n y acordaron juntos y unos con otros violar la ley antidrogas de Estados Unidos”, dice la acusación firmada por el fiscal adjunto.

Resalta que importó, manufactur­ó y distribuyó una sustancia controlada como “parte y objeto de una conspiraci­ón” para enviar más de 5 kg de droga con “una cantidad detectable de cocaína” a Estados Unidos.

Frente a esta acusación los primeros en reaccionar fueron los miembros de la Comisión de Depuración de la Policía Nacional.

“Ya estaba depurado, esto nos da la razón. Demuestra que la Comisión Especial cancela a los que no son idóneos, a los que andan en el camino de lo ilícito, a los que se convierten en aliados de la criminalid­ad”, manifestó a EL HERALDO, Omar Rivera, representa­nte de la Comisión de Depuración.

De acuerdo a los detalles de la Comisión, el exagente Valladares fue cancelado definitiva­mente de la institució­n el 22 de noviembre de 2016

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FOTOS: EL HERALDO Fabio Lobo, hijo del expresiden­te Porfirio Lobo, montó toda una estructura para ayudar a la banda de Los Cachiros en el tráfico de drogas. Devis Rivera presentó imágenes de reuniones con él.
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LA Corte del Distrito Sur de NuevA York, EstAdos Unidos, ConoCe los CAsos de los seis ouCiAles de lA PoliCíA NACionAl que hAn sido señAlAdos por vínCulos Con el nArCotrÁuC­o.

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