País soñado Noticias desde Nueva York
drogas y acumular una exorbitante cantidad de dinero. Las noticias son de sobra conocidas por todos; lo inquietante es cómo ocurrió todo este impresionante tráfico de cocaína, armas y dólares, seguido de cientos de muertes y que en Honduras fuera solo un rumor. Ahora esperamos más nombres de reconocidos, implicados en las noticias desde Nueva York.
Hace dieciséis años, Honduras firmó en Palermo, Italia, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y se comprometió a unirse con los otros países para enfrentar un delito que no entiende de fronteras. Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, distinguió entre esa “sociedad civil” que formamos los que no estamos en el gobierno: sindicatos, empresarios, grupos de ciudadanos, profesores, periodistas, partidos políticos, gremios, que hacen posible una nación; y la “sociedad incivil”, que incluye a traficantes de drogas, criminales, tratantes de personas y otros delincuentes, que desbaratan lo que edifica la sociedad civil (deriva ambos términos: civil e incivil, del concepto de civilización). Annan recordó lo que para nosotros es una realidad irrebatible, que esas organizaciones delictivas prosperan en naciones con instituciones débiles.
No es que Honduras se haya sentado a esperar, no. El gobierno ha creado varios cuerpos policiales especializados, algunos en investi- gación, en lucha antidrogas, antiextorsiones, antisecuestros, antipandillas; los ha dotado de equipos armados y de comunicaciones modernas y carísimas, para el enfrentamiento directo con los criminales. Pero también ha cambiado las leyes: creó figuras jurídicas de acuerdo a los delitos modernos, reformó los códigos para aumentar las penas, fundó juzgados especiales para el crimen organizado y agilizó los juicios contra estos delincuentes. Además, ha intervenido y cambiado la administración de las cárceles y construyó prisiones de máxima seguridad para los acusados más peligrosos. También, y como sea que haya ocurrido, se ha extraditado a varios hondureños acusados por Estados Unidos de cometer delitos de conspiración para traficar drogas y lavado de dinero.
¿Entonces qué falta? Las organizaciones internacionales dicen que en Honduras ha disminuido el tráfico de drogas; el Observatorio de la Violencia sostiene que las muertes también se han reducido; pero hace falta más, porque nosotros, ciudadanos-víctimas de estos años de plomo, todavía vivimos aterrorizados, nos asustan los moteros y los peatones sospechosos. No confiamos en nuestras autoridades ni en nuestra justicia, por eso esperamos las noticias desde Nueva York, para que nos cuenten desde allá lo que acá se oculta o se habla en voz baja, para no exponernos más de la cuenta.
El tráfico de drogas y de armas, el lavado de dinero y el asesinato, también son delitos en nuestro país; así que estos señores, ahora extraditados, hace tiempo debieron estar frente a la justicia hondureña y no vergonzosamente en una Corte extranjera. Nueva York sería solo un destino turístico para los que pueden, y como Beauvoir, desvelarse en la ciudad que no duerme
Lo inquietante es cómo ocurrió todo este impresionante tráfico de cocaína, armas y dólares, seguido de cientos de muertes y que en Honduras fuera solo un rumor”.
“Por eso esperamos las noticias desde Nueva York, para que nos cuenten desde allá lo que acá se oculta o se habla en voz baja”.