Luis Orlando o Juan Orlando, ¿quién será?
El corazón y la reacción política o visceral debe dejarse de lado al ver los resultados de las elecciones primarias donde asomó la resurrección del Partido Liberal con Luis Orlando Zelaya, candidato “outsider”, quien rodeado de momias, tendrá que remozar su discurso y ser menos altivo para vencer al aún poderoso Juan Orlando Hernández Alvarado.
Sin ser “politólogo”, el sentido común nos indica que en Honduras, como en cualquier parte del mundo, un proceso electoral se gana o se pierde en horas. Donald Trump, ahora presidente de la nación más vigorosa, demostró frente a millones de desconfiados y obstinados que el poder es efímero aunque se perciba fortaleza en el contendor.
Zelaya, no el de Los Horcones, sino el académico, barrió con más de 300 mil votos en los recién pasados comicios primarios coronándose así para pelear la Presidencia de la República en noviembre próximo contra el indómito Juan Orlando con casi un millón de sufragios y Xiomara Castro, la ungida de Manuel Zelaya Rosales que superará los 400 mil.
Luis Orlando Zelaya no da fe de encuestas ni de “manipuladores” que cacarean sondeos sobre plebiscitos. “Hace seis meses nadie creía en mi ni que yo ganaría las elecciones”, dijo medio altivo el exrector de la Unitec al ser asediado por los periodistas. Empero, a nuestro juicio, nadie ha ganado nada todavía. Falta mucho trecho por recorrer.
Ni quienes ostentan el mando de la nación están seguros de triunfar en las votaciones generales. Solo Salvador Nasralla del Partido
"Nada está escrito con las elecciones primarias. La verdad será en noviembre y punto".
Anticorrupción (Pac) predice, por enésima, que arrollará a todo aquel que se le ponga en su camino pues como él no hay dos (gracias a Dios). Zelaya, el liberal, no descarta alianzas con Libre y Pac, pero Nasralla solo cree en “Mel”.
Intuimos que Luis Orlando irá trepando lento pero seguro. Captará, de mejorar su perfil y discurso, más aplauso. Así domaría a Juan Orlando. Si se contamina, su partido no subirá como sueñan al segundo lugar con opción a triunfo seguro. Solo urge de humildad sin gritarla, de ser afable y blando a la crítica sana. En política no se debe levitar. No te enojes