Invitado Ecos de la reforma penal
claramente disposiciones de nuestra Carta Magna y convenios internacionales, tal como lo confirma en un reciente escrito de observaciones el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) en Honduras.
No es la primera vez que dicho Código sufre reformas, escalando las penas con el objetivo de doblegar la criminalidad en el país, sin lograrlo.
El gobierno nacionalista desde que se inició en el 2010 ha carecido de políticas públicas apropiadas para el control del crimen común y el organizado. Se le ha olvidado, o no quiere ver, que las raíces del mismo están en la desigualdad social, la impunidad y la fal- ta de institucionalidad producto de la corrupción y el irrespeto a las leyes por sus mismos creadores.
Un aspecto delicado de las reformas es que amplía, distorsiona y manipula arbitrariamente, a conveniencia, el delito de terrorismo, cuya definición aún es discutida por los expertos y la misma ONU; lo que trajo como consecuencia que delitos comunes, vandalismos y otros sean considerados como actos terroristas. Con esto lo que se persigue en el fondo -si los ciudadanos aún no lo han notado- es la criminalización de la protesta social y, por extensión, la conculcación de los derechos de los ciudadanos hondureños.
Con tal calificación, veremos entonces que, dado los niveles elevados de violencia criminal en nuestra sociedad, Honduras de la noche a la mañana pasará a ser uno de los países en el mundo con más actos de terrorismo, lo cual sin duda detendrá la ya diezmada inversión extranjera y el turismo internacional.
El agregado que a última hora realizara un diputado del partido de gobierno en el Congreso Nacional terminó por cerrar el círculo de la insensatez al introducir un nuevo artículo en el Código Penal que se convierte en un bozal a la libertad de expresión en cualquiera de su formas, incluso redes sociales.
Tal agregado provocó una reacción virulenta en los ambientes mediáticos, lo que arrancó promesas del titular del Legislativo para modificarlo, sin que hasta el momento eso haya ocurrido.
Las reformas fueron aprobadas, con inusual celeridad, por el Ejecutivo y enviadas a publicar en el diario oficial la Gaceta, casi el mismo día en que fueron aprobadas por el Congreso Nacional, con lo que, de antemano, el gobierno tendrá un instrumento legal con el cual reprimir sistemáticamente las manifestaciones del pueblo en los meses por venir, quien no solo rechaza la ilegal reelección y continuismo sino, desde ya, el montaje del fraude electoral que ya comenzó con las elecciones primarias y concluirá en las generales, con ello se perpetuará, no sabemos por cuánto tiempo, el actual régimen autoritario en nuestro país
Honduras de la noche a la mañana pasará a ser uno de los países en el mundo con más actos de terrorismo, lo cual, sin duda, detendrá la ya diezmada inversión extranjera y el turismo”.