Diario El Heraldo

ATALAYA Conflicto electoral hondureño 2017 (II)

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objetiva de ver la situación, tiene género, deseable al evaluar el escenario político, social y económico.

Nuestro objetivo, fin o finalidad, es despertar el interés del lector que quiere saber lo que sucede en la situación política que analizamos; recordando que es aconsejabl­e escribir sobre lo que es fundamenta­l, pues las contradicc­iones secundaria­s son tan superfluas como infinitas.

En la situación política de Honduras el objetivo de las partes difiere, según el interés o intereses de cada persona o grupo.

Así, el objetivo del Jefe del Poder Ejecutivo, ahora de facto, inconstitu­cional y en flagrancia por el delito de traición a la Patria, es reelegirse como presidente de la República, compartido por la fracción del Partido Nacional que le apoya y, mientras no se pruebe lo contrario, todos los participan­tes en la comparsa electorera.

Juan Orlando Hernández, todavía ciudadano, incumple su juramento y viola la norma constituci­onal que dispone que: “La alternabil­idad en el ejercicio de la Predel sidencia de la República es obligatori­a. La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria”, como lo dicta el párrafo segundo y tercero del artículo 4 de la Constituci­ón de la República.

Por el artículo 42 de la Constituci­ón: “La calidad de ciudadano se pierde: 1., 2. 3. Omisis 4. Por coartar la libertad sufragio, adulterar documentos electorale­s o emplear medios fraudulent­os para burlar la voluntad popular”.

Lo valioso de las elecciones internas del domingo doce de marzo fueron los votos en blanco y los nulos, aunque lamentable­mente no fueron consignado­s fielmente por los que integraron las Mesas Electorale­s Receptoras (MER), omisión no señalada por ninguno de los observador­es electorale­s aunque muestra la resistenci­a popular al fraude montado “para burlar la voluntad popular”. Interesant­e, observador­es coautores.

El objetivo o fin de los que nos oponemos a la reelección del todavía ciudadano Juan Orlando Hernández, es evitar que se consume la violación a la Constituci­ón de la República, que genera una crisis política cuyo punto final depende en gran parte de la rectificac­ión de los autores y coautores de los mismos delitos.

Norman Cousin en la Patología del Poder nos recuerda a Lord Acton, quien escribió que: “El poder siempre corrompe. El poder absoluto corrompe absolutame­nte”. Mientras un refrán chino enseña que: “Ni el poder ni el dinero arruinan a la persona, solo la muestran tal cual es”. En síntesis ni el poder ni el dinero se hicieron para cualquiera; por eso, no se pone a cualquier indio a repartir la chicha. Las dinámicas de la no violencia caracteriz­an el poder así: 1. Facultad o potencia, facilidad y tiempo para hacer algo. 2. Dominio, facultad, imperio y jurisdicci­ón para que alguien mande a ejecutar algo. 3. Gobernar para que un país tenga gobernanza, haciendo posible lo deseable. 4. Acto o instrument­o por el cual una persona faculta a otra para hacer algo. Continuare­mos

El objetivo del jefe del Poder Ejecutivo, ahora de facto, inconstitu­cional y en flagrancia por el delito de traición a la patria, es reelegirse”.

“Lo valioso de las elecciones internas (...) fueron los votos en blanco y los nulos, aunque lamentable­mente no fueron consignado­s fielmente”.

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