EE UU: Trump está buscando borrar legado de Obama
Los cambios que busca hacer Trump al fisco no deberían generar mayores escollos entre republicanos
El presidente estadounidense Donald Trump ordenó ayer una revisión del Plan Energía Limpia, que había sido lanzado por su antecesor Barack Obama y que impone a centrales eléctricas una drástica reducción de sus emisiones de carbono. Durante una ceremonia en la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés), Trump prometió “poner fin a la guerra contra el carbón” y en ningún momento hizo mención al cambio climático. “Con esta decisión estamos removiendo la intrusión del gobierno y cancelamos regulación que mata los empleos”, dijo Trump durante su breve discurso. En relación al Plan Energía Limpia (CPP, en inglés), Trump dijo que “posiblemente no hay ninguna otra reglamentación que amenace nuestra industria que este demoledor ataque a la industria estadounidense”. En la audiencia había representantes de sindicatos de trabajadores de minas de carbón, y a ellos Trump prometió que “vamos a crear muchos empleos”.
“Tenemos aquí a nuestros increíbles mineros. Yo amo a nuestros mineros”, expresó.
Ellos “me han contado de los esfuerzos para cerrar sus minas, sus comunidades y su forma de vivir. Les prometí que vamos a poner a nuestros mineros de vuelta a trabajar”, apuntó.
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Tras el naufragio de su reforma de la asistencia médica, el gobierno de Trump espera navegar por aguas más calmas y sancionar una reforma fiscal que no debería generar mayores escollos en su Partido Republicano. “El seguro de salud es un problema muy pero muy complicado. En cierto sentido la reforma fiscal el mucho más simple”, dijo el secretario del Tesoro Steven Mnuchin.
De su lado el vicepresidente Mike Pence dijo que los detalles serán entregados bastante pronto a los legisladores.
Días antes de su derrota del viernes en el Congreso, el propio presidente Donald Trump prometió un trámite más sencillo de esa reforma fiscal que, según dijo, tendrá “la mayor rebaja de impuestos desde Ronald Reagan”. Sin embargo, reestructurar el código tributario por primera vez desde 1986, ha sido un desafío para presidentes republicanos y demócratas. Ninguno consiguió remontar los obstáculos de esa reforma ni alcanzar apoyos en el Congreso.
La derrota de la reforma del sistema de salud, conocido como Obamacare “hace dudar a los mercados sobre la viabilidad del ambicioso plan de impulso presupuestario del presidente Trump”, dijo Christopher Vecchio, experto del sitio de análisis DailyFX. Los ahorros que, según la administración, hubiera generado la eliminación del Obamacare iban a compensar una parte de lo que el fisco dejará de recaudar al reducir impuestos. Líderes republicanos han sostenido que la reforma fiscal debe tener un efecto “neutral”; esto es, no debe ampliar el déficit federal. El fracaso de la reforma de la salud “torna la reforma impositiva más difícil pero no imposible”, dijo Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes.
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