El aborto y los políticos
Si hay un tema que divide y confronta a la opinión pública es el aborto, incluso en aquellos países donde ya se tomaron decisiones al respecto.
La interrupción del embarazo está permitida en más de 50 países del mundo, en algunos solo en casos específicos, como cuando peligra la vida de la mujer, y en otros sin restricciones.
Cada tanto, el tema vuelve al centro del debate en nuestro país, como ha ocurrido ahora con las reformas penales y la propuesta de su despenalización. En ese tenor han aflorado los fanatismos de unos, así como el oportunismo de otros, entre ellos los políticos que han sido los primeros en pronunciarse sobre el tema para cuajar votos de cara a las elecciones generales de noviembre, y dada la pertenencia religiosa de gran parte de la población frente a una aparente minoría que está a favor de que el aborto no sea considerado más un delito. ¿Reaccionarían igual nuestros políticos si en la balanza pesaran más los últimos o se llamarían a un silencio más prudente y menos hipócrita?
Las iglesias católica y evangélica han dejado clara su postura, la que dada su doctrina no podría ser diferente. Mientras que organismos internacionales y defensores de derechos humanos han hecho sus recomendaciones a favor de los derechos reproductivos y sexuales de la mujer.
Planteamientos de los que también se ha hecho eco, para el caso, la rectora de la UNAH: “Es un derecho de la mujer decidir y el Estado se vuelve un Estado absolutista cuando quiere obligar a las mujeres”. Y es que el caso de adolescentes o mujeres que han sido violadas, cuya vida corre grave peligro o cuyo embarazo presenta malformaciones congénitas da argumento a los proabortistas. ¿O acaso no? No se trata de una defensa vacía como la que hacen los políticos, similar a los contenidos de sus campañas, sino de factores que hacen pensar en la mujer.
De lo que sí estamos seguros es que el tema es tan sensible, genera tan apasionadas reacciones a favor y en contra, que no puede ni debe ser un asunto para politizar, sino para avanzar en la defensa y el respeto al derecho ajeno