Ejemplar hombre multioficios lucha para salir adelante
Pese a su discapacidad, Fernando Salas trabaja en un centro de salud, es mecánico, soldador y repara aparatos.
El 29 de septiembre del año 2000 aún retumba en la mente de Fernando Salas. Ese día fue sucumpleañosnúmero26,pero tambiéneldíaenelquelavidale cambió para siempre. Fue el día en el que perdió sus dos manos.
Fernando,quien17añosdespuéssehaconvertidoentodoun ejemplo de vida, tenía tan solo 15 días de haber regresado a Honduras después de intentar viajar a Estados Unidos.
Unexcompañerolepidióayuda para que fuera a instalar los contactos eléctricos a la casa de unapastoraevangélicayélaceptó con gusto.
“Mamá, no te preocupes, iré a hacer un trabajo y con lo que gane voy a traer todo para celebrar mi cumpleaños este año”, recuerda que le dijo a su madre horas antes del suceso que le cambiaría la vida.
Ese fatídico día Fernando estaba instalando los contactos cuando de repente sintió una fuerte descarga eléctrica, la que lecausóseverasquemadurasen sus brazos, su pecho y espalda. “Horas más tarde llamaron a mi mamá y le dijeron que estaba en elHospitalEscuelaclínicamente muerto porque la descarga que yo aguanté fue de 38,800 voltios”, recordó Fernando.
A partir de ese accidente, Fernando tuvo que enfrentar con valentía su condición.
Actualmenteéltiene42años, vive con su madre en la colonia Sinaí de la capital, tiene tres hijos, pero viven aparte. El accidente no eliminó sus sueños ni lo detuvo para salir adelante.
Su espíritu positivo y guerrero lo mantiene de pie a diario, susprótesissonsusinseparables amigas,quenolodefraudanylo acompañan a todas partes.
Un año le costó a Fernando acostumbrarse a usar sus prótesis, aunque aún no se adapta a ellas del todo.
Él labora en el centro de salud de la colonia Monterrey y se ha convertido en uno de los tantos guerreros del sistema de salud del país, pues se encarga de fumigar hogares en la lucha contra el mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedadesviralescomozika,dengue y chikungunya.
Fernando también da char- lasdemotivaciónalospacientes queacudenalcentroasistencial ycolaboraenvariasactividades. Tienecincoañostrabajandocon la Secretaría de Salud por contrato, pero sueña con obtener el nombramiento de su plaza.
Las ganas de salir adelante superaron su discapacidad y hace siete años se inscribió en diversos cursos en el Instituto Nacional de Formación Profesional para ampliar sus conocimientos.
Él realiza trabajos a domicilio como mecánico automotriz, repara electrodomésticos y hacesoldadurasyaquecuentacon las máquinas y herramientas para desempeñar su oficio. “Paramítodalavidahasidounreto personal, yo intento todo, hay gente que se queja por cosas vanas y yo siempre ando sonriendo”, comentó. Para Fernando, cosas cotidianas como elegir una llave, abrir un portón, comer, entre otras, requieren más trabajo, pero con las pinzas de sus prótesis lo intenta hasta que lo logra. Con una gran sonrisa invitó al equipo de El HERALDO a dar una vuelta en su carro, quien demostró tener una gran destreza para conducir. “La vida es bella... abrir los ojos es un milagro”, se despidió