El transporte público en la capital
El actual sistema del transporte público urbano en la capital pasa por una crisis. Esto ha sido desencadenado como consecuencia del crecimiento del parque vehicular y la escasa infraestructura vial, además de las rutas mal organizadas. Esta situación a su vez incrementa la operación del transporte informal.
Es necesario mencionar que en las rutas no existen paradas o estaciones con un diseño apropiado para el pasajero.
Es por esta razón que los conductores hacen sus paradas en puntos prohibidos ya que no existen bahías especiales para estacionar- se, por lo que la movilidad de la persona para entrar y subir con tranquilidad al bus y al taxi es incómoda.
El parque vehicular en el Distrito Central es de 585,240 automóviles con un crecimiento del 10% anual. En la actualidad se encuentran registrados más de 8,000 taxis y 2,000 buses. La movilización de usuarios en el transporte público es del 59% y un 41% el transporte privado, mientas que la ocupación de las calles es del 18 % en el transporte público y del 82% en el transporte privado. En la actualidad existen alrededor de 133 rutas para buses y 58 rutas de taxis. Para la mayoría de los usuarios o pasajeros el tiempo de viajar en bus es aproximadamente 80 minutos en dos viajes.
A la condición de la infraestructura se suma la inseguridad que viven a diario los pasajeros, pues se estima que por año se registran medio millón de asaltos en las unidades del transporte público.
Toda esta crisis se originó hace 25 años, pues la antigua Dirección General de Transporte emitía permisos a cualquier propietario
"El Estado aún no trata un marco legal de políticas urbanas".
con poca experiencia y las flotas de buses eran de segunda mano lo que sumó al congestionamiento vehicular.
El Estado aún no trata un marco legal de políticas urbanas, considerando diferentes aspectos como ser la exclusión social, el uso de suelo y la degradación del patrimonio histórico urbano.
Por todo lo anterior se hace necesario que el Estado y la municipalidad, respete el valor de la persona y su dignidad pues la operación del transporte público en la capital debe ser eficiente para una movilización ordenada y rápida