La guerra de los mundos
“La guerra de los mundos” es quizás –y no por ser de las primeras de su génerouna de las novelas más fascinantes sobre ciencia ficción. Escrita en 1898 por Herbert George Wells, describe una supuesta invasión marciana a la Tierra. Luego, en 1938, fue readaptada por el laureado director Orson Welles, en una serie de radio, en Nueva Jersey. Su primera emisión causó un caos y un pánico sin precedentes en la ciudad, por cuanto, muchos radioescuchas no sabían que se trataba de una “invasión alienígena” ficticia.
Una invasión marciana sería, si alguna vez se produce, el enemigo común de todos los terrícolas y todos los países, incluidos EE UU, Rusia, China, Corea del Norte y hasta el EI, integrarían una “fuerza estelar” – como la de la Guerra de las Galaxias- unida y única para combatir a la Estrella de la Muerte.
Pero, mientras esa “invasión” llega –que no está lejos si seguimos al paso que vamos- cada nación tiene sus propios enemigos. En Estados Unidos y en Europa Central –y ahora también en Rusia- Al Qaeda y el ISIS.
El ISIS o Al Qaeda de España durante medio siglo fue ETA. En Colombia, Pablo Escobar y su Cartel de Medellín, al igual que el Cartel de Cali, de los hermanos Rodríguez Orejuela. El Triángulo Norte, del cual somos parte, no es la excepción. Las maras y los traficantes de drogas han cooptado gran parte de su territorio y de sus instituciones.
¿Y qué hacen estos Estados para enfrentar ese mal? Hasta ahora pareciera más preocupado Washington que nosotros. Tan acostumbrados estaremos a convivir con la muerte y
"Pareciera que Washington está más preocupado que el Triángulo Norte por la criminalidad".
el miedo.
Lo inverosímil es que, cuando por fin alguien hace algo, y qué importa si lo hace por política –el pueblo es sabio y sabrá juzgar en su momento- surgen las aves agoreras que no hacen ni dejan hacer.
La reducción de la edad punible ni por cerca acabará con la criminalidad, pero es necesaria, tanto como otras acciones, para ir acorralando –poco a poco- a los criminales, no importa su edad.
De otra manera, no hagamos nada, y dejemos que estos “niños” que “juegan” con fusiles R-15, AK-47 y granadas terminen de aniquilar nuestra sociedad