Exaltación maternal
Esta fecha conmemora a quienes nos dieron el ser y la existencia. A todas ellas, difuntas y vivas, el profundo agradecimiento de sus vástagos. La ocasión es propicia para referirnos a sectores altamente vulnerables: las niñas y adolescentes que, aun sin haberse desarrollado completamente en lo psicofísico, sin haber disfrutado las alegrías y vivencias infantiles y juveniles, resultan embarazadas, sea por consentimiento mutuo con su pareja, bien por violación y abuso sexual, lo más frecuente, dando a luz criaturas aun no plenamente formadas, propensas a malformaciones congénitas. La tendencia de embarazos prematuros es hacia el alza: en lo que va de este año se experimenta un incremento de al menos un 22% respecto a los primeros cinco meses del 2016.
Urge de una educación sexual integral, adaptado a los distintos niveles escolares y colegiales, exenta de tabúes e injustificados dogmas y prejuicios a efecto de que la niñez y juventud conozcan objetivamente su cuerpo, sus funciones y cuidados al igual que el ciclo reproductivo, con las consiguientes responsabilidades inherentes a la condición humana. También merecen atención las madres obligadas por carencias materiales a abandonar su prole para emprender la cada vez más peligrosa e incierta aventura de migrar a tierras extrañas en búsqueda de oportunidades laborales y educativas para la superación material e intelectual de su núcleo familiar inmediato.
Las madres solteras deben ejercer una doble misión y responsabilidad ante la ausencia del padre; abandonadas por la pareja, tras una relación fugaz e inestable, hacen frente a la vida con dignidad e iniciativa que permitan llevar el cotidiano sustento al hogar.
Todas ellas son auténticas heroínas anónimas que a pulso se han ganado el respeto y admiración de sus compatriotas. Son forjadoras de su destino y el de sus hijas e hijos en ambientes adversos, discriminatorios, excluyentes. Diario EL HERALDO se suma a ese más que merecido homenaje y les envía un respetuoso saludo. A aquellas ya fallecidas pero que se perpetúan en su descendencia, un minuto de profundo silencio en recuerdo de su memoria inmarcesible