Quien por indolencia o cobardía permitió esto, pagará consecuencias
Reacciona JOH El presidente Juan Orlando Hernández dio las instrucciones para suspender a los custodios, guardias penitenciarios y encargados de los centros penales para que sean investigados por la fuga de los peligrosos reos
Cualquier funcionario por indolente, por cobarde o por cualquier situación que haya permitido la fuga de 18 peligrosos reos del Centro Nacional Penitenciario de Támara (CNPT), “tiene que enfrentar las consecuencias”.
En esos términos se pronunció el presidente Juan Orlando Hernández en una comparecencia de ayer en Casa Presidencial donde dio a conocer sus consideraciones sobre la penosa escapatoria de los pandilleros de la pandilla 18.
La fuga se produjo el jueves, pero fue hasta el sábado que trascendió a través de los medios de comunicación, donde inicialmente se dio a conocer que era 23 los prófugos de la justicia.
Ayer se constató que de ellos dos permanecen internos en el reclusorio, uno ya recuperó su libertad, otro está recluido en El Pozo desde 2016 y el quinto está interno en una clínica del centro penitenciario, por lo que los fugados suman 18 .
El mandatario explicó que cuando se le informó de lo que había ocurrido en Támara, “la instrucción fue clara y precisa como siempre: Suspender a todos los que estaban en ese momento a nivel de custodios, guardias penitenciarios, a los encargados de los centros penales, investigarlos y deducir las responsabilidades del caso”.
Eso en virtud de que la edificación del nuevo sistema carcelario, es que cuando ocurran estas cosas, “no debe quedar en la impunidad”, enfatizó Hernández Alvarado.
Entraban y salían
El Presidente recordó que “en el pasado entraban y salían los reclusos, hacían lo que querían desde allí y no se podía decir que se fugaban o no, porque salían por su propia cuenta y volvían a entrar”.
“Antes nadie decía nada y hoy que estamos construyendo el nuevo sistema carcelario y se pone orden se dice: esto es lo que ha ocurrido. Obviamente eso genera una sorpresa”, añadió.
“A mí me llama la atención cómo hoy opinan los que antes no querían opinar ya sea por miedo, colusión o por comodidad, pero no opinaban, ahora es bueno y hay que hacerlo, porque todos merecemos vivir en paz y tranquilidad”, manifestó.
Explicó que cuando se empezó la construcción del nuevo sistema carcelario, el proceso iba a tener reacciones.
Recuerden que cuando adelantamos la operación en San Pedro Sula (el traslado de reos a El Pozo) es porque teníamos indicios de que podía haber reacciones y se van a seguir presentando esos riesgos, prosiguió.
El que la debe...
“Lo que no vamos a permitir, y escúchenme bien, no vamos a dejar de construir paso a paso lo que debe ser un nuevo sistema carcelario y el que la debe la paga y la debe pagar bien”, especificó.
En ese sentido, el mandatario recalcó que continúa el proceso de investigación relacionado con la fuga de los reos del Centro Nacional Penitenciario de Támara, es que “cualquier funcionario que por indolencia, cualquier funcionario que por cobardía, cualquier funcionario que por cualquier razón permita que estas cosas pasen, también tiene que enfrentar las consecuencias”.
El Presidente detalló que en ese sentido los parámetros “están claros”, por lo que de nuevo pidió a la población que informe y que ayude en este caso de las personas que se fugaron el jueves anterior.
“La Policía ha tirado la oferta al público, que quienes nos den información que nos conduzca a la captura de estos individuos tengan esa recompensa (de 300 mil lempiras)”.
“Quiero decirle al pueblo hondureño y particularmente a estos que se han fugado: si no los encontramos hoy va a ser mañana, va a ser pasado, pero que van a regresar a las nuevas cárceles, van a regresar”, dijo el Presidente.
Beneficios
Según el mandatario, el nuevo sistema carcelario de Honduras va a tomar su tiempo y va a tener dos componentes importantes. Uno de ellos es proteger al pueblo hondureño de quienes han estado administrando prácticamente a su antojo las cárceles de Honduras, cometiendo barbaridades desde allí, que no se iban porque no querían, se quedaban allí porque era una forma de refugiarse y afinar sus estrategias para delinquir.
En segundo lugar es que quienes ingresen por delitos menores o estén por salir, con bajo nivel de amenaza contra la sociedad, deben estar en procesos diferenciados, porque se les debe dar la oportunidad de que se puedan reeducar y reformar, para que cuando salgan sean ciudadanos de bien