Bochornosa negligencia
La fuga masiva de pandilleros de la 18 es síntoma de un sistema penitenciario fallido, descompuesto e incapaz. Fue hasta el tercer día que, presionadas por los medios de comunicación, las autoridades confirmaron el escape del Centro Nacional Penitenciario de Támara, en marcado contraste con la fanfarria con que se anuncian operativos sorpresa en las cárceles. Y fue hasta el quinto día que lograron determinar que no eran 23 sino 18 los fugados.
La huida de los peligrosos pandilleros muestra una realidad indubitable que ya hemos señalado reiteradas veces en este espacio editorial, y es que mientras no haya una depuración en el sistema penitenciario seguiremos viendo a reos viviendo a cuerpo de rey, ordenando crímenes y escapando de prisión, y ni siquiera discretamente, de uno en uno, sino que a granel, cuando les dé la gana y con la innegable complicidad de personal penitenciario.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe hace tres años señalando la corrupción del sistema penitenciario hondureño, basado en la administración y gobierno de las cárceles, y recomendando retomar el control interno, algo que a la luz de los hechos sigue siendo una quimera.
De momento, las medidas más severas han sido la suspensión del director de la Penitenciaría y del interino que quedó en su lugar, aunque el sentido común diga que para una fuga de esta magnitud se requiere de más participantes.
En dos semanas se han registrado al menos 60 fugados en Támara, Renaciendo y el penal de Choluteca, en una muestra evidente de la emergencia que hay en el sistema penitenciario. Estos hechos deben investigarse hasta lograr establecer la identidad de todos los involucrados para que respondan ante la ley y, por supuesto, volver a poner tras las rejas a quienes han burlado la justicia. No es exagerado decir que nuestras inseguras calles lo son aún más ahora porque no son angelitos los que andan libres y no podemos menos que sentir repudio e indignación por una fuga que es intolerable y por la que deben rodar cabezas. Caiga quien caiga