Pandilleras se quedan sin su reino del crimen
Las mujeres viajaron esposadas de pies y manos y con un pañal puesto para evitar paradas en el trayecto entre San Pedro Sula y Támara
Un total de 77 cabecillas de la Mara 18 y la MS fueron trasladadas del penal de SPS a la Penitenciaría Femenina de Támara
Dejaron a un lado su delicadeza, su suave voz y su natural coqueteo para construir un imperio de maldad que ayer se vino abajo.
En un traslado inédito, 77 reclusas simpatizantes de la pandilla 18 y de la Mara Salvatrucha (MS-13) fueron llevadas desde el Penitenciaría Nacional de San Pedro Sula hasta la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), en la aldea de Támara, Francisco Morazán.
A las 5:00 de la mañana un contingente de 500 efectivos de la Policía Militar del Orden Público, Fuerza Nacional Antiextorsión, Policía Nacional y de la Dirección de Investigación e Inteligencia inició la ejecución del dispositivo de seguridad.
Unos minutos después de las 9:00 de la mañana jovencitas y mujeres que superan los 40 años de edad comenzaron a ser requisadas en los pasillos del reclusorio sampedrano antes de abordar los camiones militares que las llevarían a su nueva casa.
Vestidas con atuendos estrambóticos, pantalones anchos, calcetines hasta las rodillas y con tenis de marca, característicos de la maras, desfilaron por última vez en los pabellones en los que reinaron durante muchos años.
Otras prefirieron identificarse mejor con su organi- zación y utilizaron grandes camisetas con el número 18 en espalda y pecho.
Con todas sus pertenencias ya listas, algunas de ellas portándolas en sacos de nailon, otras en maletas más sofisticadas, salieron del centro penal esposadas de las manos directamente a abordar los camiones militares. Salen de SPS
A las 10:00 de la mañana, siete convoyes militares partieron de San Pedro Sula hacia Támara, con las 77 privadas de libertad, 70 de la pandilla 18 y 7 de la Mara Salvatrucha.
La caravana militar fue acompañada también por decenas de patrullas militares que le brindaron seguridad en todo el eje carretero conocido como CA-5.
Una patrulla policial de carretera encabezó la expedición, la cual se encargó de ir abriendo camino para que la movilización no tuviera atrasos.
Además, desde el aire un helicóptero artillado Bell 412, de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), vigiló a cada minuto los movimientos del contingente militar que se transportó vía terrestre.
Como si fueran bebés
De forma estratégica cada una de las reclusas recibió un pañal desechable para que lo utilizara, ya que en el trayecto a la PNFAS los camiones que las transportarían no se detendrían por ninguna necesidad fisiológica que pudieran tener.
Cuando abordaron los comandos comenzaron a dar vivas a su pandilla frente a los miembros de la prensa e hicieron muestras de algarabía por su mudanza.
Al igual que como ocurrió con uno de los pandilleros trasladados a El Pozo II, en Morocelí, El Paraíso, el pasado miércoles, ayer también una de las mujeres se desmayó dentro del camión que iba, antes de partir.
De inmediato la fémina
fue asistida por el personal médico militar que estaba destinado para dar atención médica en el traslado.
Ligadas al delito de extorsión
Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) informaron que la mayoría de las privadas de libertad que entraron en el proceso de mudanza hacia Támara están acusadas por el delito de extorsión.
De igual manera manifestaron que aún estando recluidas seguían operando desde el interior del centro penal sampedrano, dando órdenes a sus aliadas que se encuentran en libertad, principalmente para cobrar extorsión en la zona norte.
Esto fue motivo para que el INP decidiera el cambio de lugar y construyó un nuevo módulo que cuenta con más medidas de seguridad, según explicaron.
El bajo vuelo de un helicóptero de la FAH sobre la zona de Támara fue la señal para reconocer que el contingente militar por tierra también se estaba acercando a la Penitenciaría Femenina.
Tras cuatro horas de camino, a eso de las 2:00 de la tarde, el convoy militar llegó a su destino; en esta ocasión no hubo gritería por parte de las viajeras, tal vez por el largo viaje.
El nuevo hogar de la PNFAS
El módulo en el que fueron albergadas, donde hay varios recintos que en PNFAS se les denomina hogares, está diseñado para que puedan vivir al menos ochenta privadas de libertad. Este lugar está separado alrededor de 500 metros de los demás pabellones, la razón es la peligrosidad de las nuevas inquilinas, aseguran las autoridades carcelarias. Tiene una capacidad de acomodar 40 camas o tarimas en las que pernoctarán dos reclusas. Además cuenta con 10 duchas e igual número de sanitarios, asimismo, hay una cocina independiente para ese hogar. Las visitas deberán pasar dos controles de seguridad para ingresar hasta dicho recinto, el primero en la entrada a la PNFAS y el segundo en el módulo recién habitado. Antes del traslado ocurrido ayer guardaban prisión en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social en Támara 484 mujeres, 195 de ellas ya con una condena y las restantes 890 solamente procesadas, algunas de ellas de origen extranjero