En el abandono el estatuario cívico y público que posee el Distrito Central
Legado En su mayoría las estatuas ubicadas en Tegucigalpa y Comayagüela lucen descuidadas. A algunas, como la ecuestre de Francisco Morazán, la han despojado de sus ornamentos; la de Juan Ramón Molina urge de limpieza
Manchadas con excremento de aves, despojadas de sus ornamentos e inscripciones, llenas de sucio y deterioradas, así lucen la mayoría del estuario cívico y público que posee el Distrito Central.
Basta con hacer un recorrido por la Plaza Central y detenerse frente al monumento que la patria le dedicó al héroe de la unión centroamericana para ver las condiciones en las que se encuentra.
A la estatua ecuestre del prócer que se mandó a elaborar el 27 de agosto de 1882 por el gobierno de Marco Aurelio Soto le fue robado su festón de broce al igual que otros ornamentos. Y qué decir del conjunto escultórico las “Cuatro estaciones”, que datan de la misma época y que necesita limpieza urgente.
En Comayagüela la estatua cedente de poeta Juan Ramón Molina urge de limpieza, ubicada en el parque La Libertad.
Hay que reconocer que existe un proyecto para poner en valor el bulevar Los Próceres, donde se identificarán y dará mantenimiento a los bustos que ahí están.
“Es necesario que los ciudadanos respeten y valoren las esculturas ya que tienen un valor histórico, antropológico o artístico”, declaró Nelson Carrasco, del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
La Escuela Nacional de Bellas Artes atiende obras escultóricas a solicitud de instituciones o ONG