¿Dónde están los 18 de la 18?
Pese a los intensos operativos nadie sabe dónde están los 18 miembros de la pandilla 18 que se “escaparon” hace casi quince días de la cárcel de Támara, convertida en un antro de prostitución y de drogas con la venia de los “superiores”. Una “prisión” en la que evidentemente pulula el desgorre de todo el mundo, entre policías, militares y civiles.
Por dónde escaparon es lo de menos. Que mil cámaras prueban la “huida” de estos peligrosos bandoleros es totalmente irrelevante cuando jefes y subalternos se hace los tontos según provecho personal. Lo que nadie quiere decir, ni la propia Fiscalía, es si es verdad que los pandilleros regaron casi veinte millones de lempiras para salir como reyes.
A nuestro juicio no es fuga lo ocurrido. Fue un plan bien orquestado y mimado por los altos jefes carcelarios para permitir a los 18 miembros de la Mara 18 su señorial evasión con la más absoluta reverencia. No nos cabe ninguna duda que todos saltaron al estilo de capos de la droga, muy bien cuidados por militares y policías de la presunta prisión.
El mundo entero vio los gustos de casi mil pandilleros, en su mayoría de la 18, trasladados al recinto de La Tolva o El Pozo II, en Morocelí, El Paraíso, donde ahora podría terminar su paraíso. “No vamos a retroceder ni un milímetro”, sentenció el presidente Juan Orlando Hernández Alvarado, a quien todavía no le cumplen con la recaptura de los antisociales.
Nadie en medio de intensos operativos intuye el paradero de los fugitivos. Hasta ahora existe un chorro de vaguedades. Primero, que eran 23 “escapados”, luego que uno estaba muerto y finalmente que cuatro no habían salido del penal. ¿Qué tipo de profesionales dirigen las cárceles? ¿Son expertos o secuaces del delito? ¿Están “desaparecidos” como Julián Pacheco?
¿Cuál presidio? Es una cueva llena de libertinajes. Sodoma y Gomorra se quedan chiquitas con las grandes delicias de reos queridos por los “mandos”. Que nadie se siga haciendo el loco y diciendo que fue fuga porque todo fue fríamente computado por los de arriba. Saltan dudas si los mareros están vivos o muertos
“Un diputado es el más feliz con la edificación de La Tolva. Se embolsó buenos millones”.