Medidas hostiles contra migrantes
Con la era de Donald Trump sigue creciendo en Estados Unidos el rechazo a los inmigrantes indocumentados. Aunque si bien es cierto las deportaciones han sido menos en la actual administración en comparación con su predecesora, ahora son más los afectados que no tienen antecedentes criminales.
Y a esto hay que sumar las muestras cada vez más explícitas de xenofobia de una parte de la población estadounidense, aquellos recalcitrantes que votaron por Trump.
Estados Unidos, un país que ha sido un ejemplo en la defensa de los derechos humanos, nos muestra ahora un nacionalismo que raya en lo extremo y que preocupa tanto a sus vecinos del sur como el Brexit al resto de Europa. Aunque Francia, la libre, la heroica, dijo “no” en las pasadas elecciones presidenciales a ese sentimiento antiinmigrante, dando un respiro al viejo continente y un destello al resto del mundo.
Pero es Estados Unidos el destino principal de los migrantes latinos, incluyendo a los hondureños que llegan buscando un sueño, dispuestos a luchar haciendo el trabajo que sea y a arriesgar hasta la vida en su consecución. Sin embargo, el país de las oportunidades, las que no tienen en sus lugares de origen, les rechaza con medidas ejecutivas aprobadas por el gobernante y las propias que han adoptado estados como Texas, donde se han recrudecido las políticas antiinmigrantes.
Es preocupante porque en el estado petrolero reside casi un millón de compatriotas, muchos de los cuales se verán en la necesidad de emigrar a otros estados donde la presión de las autoridades sea menor.
Cuestionamos estas políticas que atentan contra los derechos humanos y afecta a centenares de familias. Llamamos a los países latinoamericanos a formar un frente común contra estas medidas hostiles.
Y recordamos también a nuestras autoridades la responsabilidad que tienen con cada hondureño que emigra por falta de empleo y por la acuciante inseguridad