La capital crece
Es elevada la cuota de sacrificio de los capitalinos ante los cinco proyectos subterráneos que se realizan en las principales calles de la ciudad. Sin embargo, es un precio que estamos dispuestos a pagar en el entendido de que, una vez concluidos estos, más uno que se encuentra en proceso de licitación, se disfrutará de un notable alivio en el atolladero que por años ha sido la capital, en detrimento del tiempo, dinero y calidad de vida de sus habitantes.
Las obras de infraestructura están dando un nuevo rostro a la ciudad y exponiendo aun más las malas gestiones de alcaldes anteriores que muy poco hicieron en ocho años.
El túnel que se construye en la colonia 21 de Octubre, en los bulevares San Juan Bosco y Centroamérica y en la colonia Kennedy, así como los dos pasajes peatonales en la Universidad Pedagógica y en el bulevar Suyapa, son los proyectos más importantes que realiza la administración actual. Se trata de obras que se ejecutan en zonas críticas, de enorme tráfico vehicular, en las que era imperativo tomar medidas, y el alcalde Asfura lo está haciendo.
Pero no bastan los túneles, las rotondas, la ampliación de carriles y los pasos elevados, las autoridades tienen ante sí el enorme, colosal reto de modificar la cultura vial de los capitalinos que es un factor que ha contribuido, y mucho, a hacer de la ciudad un pandemonio, con vehículos mal estacionados, que circulan a exceso de velocidad y que ubican a la capital como la urbe con el mayor porcentaje de accidentes viales del país. Más señalizaciones, mayores controles y menos impunidad para los transgresores son parte de una fórmula que la Alcaldía, Tránsito y Transporte deben ir afinando. Pero también, en lo que respecta a la administración del alcalde, persiste el gran desafío de equiparar la balanza, en la que pesa más la obra gris que el apremiante enfoque social al que deben asignárseles también importantes recursos.
No queremos ver niños durmiendo en aceras recién estrenadas, ni mendigos a la par de imponentes puentes peatonales, ni casuchas al final de novedosos túneles, ni bulevares en medio de desérticos parajes. Queremos mayor cobertura de energía, agua y tren de aseo, más fuentes de empleo y un mejor sistema de transporte público. En suma, más inclusión y menos desigualdad