El Papa le da la paz y en Bruselas reciben a Trump con protestas
Con ideologías completamente opuestas, finalmente se dio el encuentro en el Vaticano en el marco de la apretada visita del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al papa Francisco
Sobre la mesa de la librería papal se juntaron dos ideologías y discursos completamente distantes del mundo actual. El anfitrión con su habitual sotana, su banda con el escudo papal, solideo en la cabeza y esclavina blanca sobre los hombros, se sentó a un lado de la mesa con su mensaje de paz, humildad, protección al migrante y ayuda los pobres. Del otro, con un Brioni (considerado el Ferrari de los trajes) azul de 14 mil dólares hecho en Italia y una corbata del mismo color a rayas blancas, el presidente de Estados Unidos Donald Trump, con su ideología radical, discurso antimigrante y populismo exacerbado.
Se trata del primer encuentro de dos líderes con estilos radicalmente diferentes y visiones opuestas del mundo.
Pero al momento de verse las caras en el Vaticano, dejaron de lado sus choques pasados para ofrecer un mensaje de paz a un público global. El presidente, acompañado por su esposa y varios colaboradores, llegó y saludó a Francisco en la Sala del Tronetto, en la segunda planta del Palacio Apostólico. Tras su reunión, el Papa entregó a Trump una medalla con una rama de olivo, un símbolo de paz, entre otros obsequios.
“Nos viene bien la paz”, respondió el Presidente.
La visita comenzó con un apretón de manos tras la llegada de los dos hombres, Trump en una gran caravana de vehículos, Francisco en un Ford Focus. Se oyó a Trump decirle al Papa que estar allí era “un gran honor”.
Media hora más tarde se dio por terminada la audiencia cuando Francisco hizo sonar una campana en su estudio privado. Entonces se presentó al Papa al resto de los miembros de la delegación de Trump, como su esposa Melania, su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner, así como a los asesores Hope Hicks y Dan Scavino.
Un chiste a Melania
Sonriendo a la comitiva, Francisco tuvo un momento distendido con la primera dama, a la que preguntó a través de un traductor, “¿qué le da de comer, potizza?”, refiriéndose a un postre originario de Eslovenia, donde nació Melania Trump.
Ella se rio y dijo que sí. La primera dama e Ivanka se cubrieron la cabeza con mantillas como muestra de respeto al Papa, un gesto que no hicieron en Arabia Saudí.
Parece ser que Trump no entendió la broma y escuchó “pizza”, lo que llevó a que durante todo el miércoles fuera trending mundial en Internet. Sin embargo, no pasó a más y luego, cumpliendo con la tradición, el Papa y Trump intercambiaron regalos.
Protestas en Bruselas
Después de una serena vista al Vaticano, Trump llegó a Bruselas mientras miles de manifestantes tomaban las calles para protestar por su visita. Trump, quien hace un año dijo que Bruselas se había convertido en un “lugar horrible”, exudó simpatía en su reunión con el rey Felipe de Bélgica y conferenció con ministros de alto rango en la víspera de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, evento principal en su visita de dos días a Bélgica