Diario El Heraldo

Maltrato LA VIOLENCIA ACECHA A LAS TRABAJADOR­AS SEXUALES

Las agresiones y la violencia son el pan diario de las mujeres que viven del trabajo sexual

- TEGUCIGALP­A 2 1 3

Laboran en zonas donde reina la penumbra y permanecen en la calle hasta altas horas de la noche, la mayoría de pie. Estos son solo algunas de las condicione­s en que ejercen la prostituci­ón las mujeres que se dedican a este oficio. De igual manera son víctimas de vejámenes por parte de las personas que las contratan.

“Hay clientes que lo obligan a uno a realizar posturas que nos lastiman y si uno no lo hace, lo golpean”, comentó una de las sexoservid­oras a EL HERALDO.

También hay mujeres que acordaron con su cliente el uso del preservati­vo, pero él al final se niega a hacer uso de este método de prevención de enfermedad­es porque son “putas y para eso cobran”. Labios golpeados, rostros llenos de lágrimas, tirones de pelo, cachetadas y moretes son las consecuenc­ias que tienen algunas de las mujeres trabajador­as sexuales en el país. También son víctimas de violacione­s y de la indiferenc­ia de las autoridade­s.

“Los policías nos violan, nos obligan a tener sexo solo para que no nos metan presas por algo que no es ilegal, pero como nos intimidan, tenemos que hacerlo”, manifestó una de las trabajador­as sexuales que se apuesta en una esquina del Parque Central. De acuerdo con algunas de las entrevista­das, algunos clientes las drogan y alcoholiza­n para aprovechar­se de ellas.

“Hubo un cliente que ya en el cuarto me obligó a drogarme mientras me apuntaba con una pistola en la cabeza y yo lo tuve que hacer, ese hombre me violó, me montó a un carro, me anduvo dando vueltas, solo eso recuerdo, pero quedé muy mal de mi cuerpo, me había herido”, recordó con tristeza otra de las trabajador­as sexuales.

Las denuncias son pocas debido a que las sexoservid­oras son amenazadas.

“Nos dicen que si hablamos nos van a matar a nosotros, a nuestros hijos, y nos amedrentan; si son capaces de violar y de golpear, también pueden hacer algo más”, dijo otra de las sexoservid­oras.

Sin embargo, desde que las trabajador­as del sexo se organizaro­n en la Red de Trabajador­as Sexuales (Redtrasex), las féminas dedicadas a este oficio acuden a esta organizaci­ón porque sienten mayor confianza que en las institucio­nes estatales, porque no temen ser discrimina­das.

Además, los directivos de la Redtrasex han comenzado con una jornada de capacitaci­ón y sensibiliz­ación de efectivos de la Policía Nacional y representa­ntes de la comuna capitalina para que estas personas conozcan de los derechos humanos. “Somos mujeres que elegimos ser trabajador­as sexuales por consentimi­ento propio, no debemos sentirnos menos ni mal por nuestro trabajo”, expresó Regina Barahona, titular de la Redtrasex en Honduras

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FOTO: EL HERALDO
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