Ejemplo exitoso de reducción criminal
Hasta hace unos años, la colonia El Sitio era una de las más peligrosas de la capital. La última masacre que se recuerda ocurrió dentro de un taller mecánico en octubre de 2015, con ocho víctimas mortales. La extorsión, el sicariato, los disparos al aire y los toques de queda impuestos por los pandilleros eran comunes para los vecinos, que vivían en constante zozobra. Pero la historia ahora es diferente: los índices de violencia en esa colonia y zonas aledañas se han reducido en un 50 por ciento con respecto al año anterior a raíz de la implementación de la Policía Comunitaria. Es más, entre 2016 y lo que va de 2017 se registraron dos muertes violentas, una cifra que comparada con los 873 asesinatos que se produjeron en la capital en 2015 muestra que algo ha cambiado, y para bien.
El proyecto comunitario, apoyado por USAID, comprende medidas como los patrullajes a pie y la rehabilitación de la posta, pero también el involucramiento de los uniformados en actividades con la población, dirigidas sobre todo a los más jóvenes, y charlas a los vecinos.
Este cambio positivo en la colonia El Sitio nos recuerda también el de la Rivera Hernández en San Pedro Sula, cuya tasa de homicidios -la más alta de la ciudad- se redujo en más del 60 por ciento gracias a una serie de programas apoyados también por el gobierno de Estados Unidos. La violencia hay que combatirla, pero sobre todo prevenirla, y queda demostrado que con voluntad y una estrategia focalizada se puede reducir la criminalidad.
El Observatorio de la Violencia de la UNAH señala como las más inseguras de la capital a las colonias San Miguel, Villa Olímpica, Nueva Suyapa, Villa Unión, Villa Nueva y Nueva Oriental, donde se han producido la mayoría de hechos violentos durante 2017. Antes los sectores más peligrosos eran diez, lo que significa que algo hemos avanzado, con una reducción en los homicidios de 13% en relación con 2016. Sin embargo, los hechos violentos continúan siendo elevados, con 199 homicidios en la capital solo en el primer trimestre del año. La lógica y el sentido común nos dicen que si una medida funciona, debe continuar y emularse para extender sus beneficios, y si no, se debe replantear