Invitada Biodiversidad, su primacía entre los recursos
La diversidad cultural humana podría considerarse como parte de la biodiversidad. Ya que cuenta con algunos atributos que podrían considerarse soluciones a problemas de supervivencia en determinados ambientes (nómades, rotación de cultivos). Además, ayudan a las personas a adaptarse a la variación del medio. La diversidad cultural se manifiesta en la diversidad del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas de manejo de la tierra, en el arte, en la música, en las estructuras sociales, en la selección de cultivos, en la dieta y todo atributo de la sociedad.
Gran parte de los ecosistemas menos alterados en su biodiversidad de todo el planeta se encuentran en Latinoamérica (Patagonia, Amazonía, bosques tropicales de montaña, las concentraciones de fauna marina atlántica o del Pacífico sur y los Tepuyes, a ellos debe sumarse además la Antártida).
Los bosques tropicales constituyen el almacén clave de la diversidad biológica del mundo. El mismo fue desarrollado por 100 millones de años de actividad evolutiva, (formando un banco genético irreemplazable). Ocupan solo el 6% de la superficie terrestre, y viven en ellas más de la mitad de todas las especies de la tierra.
La reducción de biodiversidad es una consecuencia directa del desarrollo humano, ya que muchos ecosistemas han sido convertidos en sistemas empobrecidos que son menos productivos, económica y biológicamente. Se podría decir que el uso inadecuado de los ecosistemas, además de perturbar su funcionamiento también implica un costo.
La conservación de la diversidad biológica supone un cambio de actitud: desde una postura defensiva (protección de la naturaleza frente a las repercusiones del desarrollo) hacia una labor activa que procure satisfacer las necesidades de recurso biológico de la población al mismo tiempo que se asegura la sostenibilidad a lo largo del tiempo de la riqueza biótica de la Tierra acudió la conciencia nacional. Hace años, un norteamericano en turismo, de oficio carnicero, destazó a su esposa hondureña como si de un semoviente se tratara. Siempre había sido afectuoso con ella, de buen marido lo calificaban. Pretendía ocultar el homicidio cometido. Sucedió en un hotel en zona de alto valor catastral. ¿Qué tipo de ser, humano no, podría figurar escena tan macabra? Ni siquiera habría directores o artistas capaces de concebir una producción cinematográfica semejante. Con espanto se leían las reseñas diarias que sobre el caso ofrecían los periódicos, disputándose la preferencia de los lectores, con los detalles a cual más espeluznante. No sucedían actos así en nuestro país. No que no conociéramos el machismo, que es junto al sectarismo y al alcoholismo-drogadicción, disfunciones origen de destrucción personal, familiar y social. El maltrato psicológico y físico cruza todos los niveles sociales, pocas mujeres prefieren perder todo lo material con tal de preservar su dignidad y la integridad física, la propia y la de sus hijos. Pero presenciamos enorme irrespeto a la vida, hacia la mujer propiamente y a todos los derechos inherentes a la persona. Aquel horror ahora es asunto cotidiano, de tan repetido casi no impresiona. Aparecen imputados individuos de rostros inocentes, sin tatuajes. No reflejan lo retorcido de sus mentes diabólicas. Pero apresan a esos responsables y aparecen otros cuerpos en las mismas condiciones, como si la maldad se reprodujera instantáneamente. ¿Qué está pasando? ¿Cómo el gobierno, las familias, centros educativos, iglesias y empresas podemos ser más efectivos en dotar de salud mental a la población y de promover la fuerza indispensable al reconocimiento de los derechos humanos? No es posible continuar ignorando el menosprecio a la mujer, hecho femicidio. Peor aún, fomentarlo, a veces desde los hogares. Es repudiable la indiferencia ante tanto horror y dolor. Y ya no puede ser. Eduquemos y oremos para prevenir tanta desgracia
La conservación de la diversidad biológica supone un cambio de actitud: desde una postura defensiva (protección de la naturaleza frente a las repercusiones del desarrollo) hacia una labor activa”.