Joven de El Paraíso paga sus estudios con la venta de pastes y cucharas
Espíritu de superación Sabas Aguilar se mudó a la ciudad de Danlí para trabajar y cursar un bachillerato en agronomía
“¡Lleve, lleve los mejores pastes de El Paraíso!”, grita por las calles de la ciudad de Danlí, Sabas Leonel Aguilar Gómez, un joven comerciante que por medio de su labor comercial se financia sus estudios en secundaria.
Sabas es originario de la aldea La Soledad, donde sus padres se dedican a la agricultura para sostener una familia de ocho hijos. Las condiciones de pobreza y la necesidad de labrar la tierra para apoyar a su padre mantuvieron a Sabas alejado de las aulas de clases por varios años.
Pero un día, un tío le apoyó para que partiera a Orocuina, Choluteca, a continuar su formación en secundaria, sin embargo tras terminar su ciclo básico hace dos años, el joven decidió trasladarse a la ciudad de Danlí para convertirse en bachiller en agronomía.
“Me vine a platicar con el director del Instituto Pedro Nufio para que me dejara estudiar por el día, ya que soy mayor de edad. Cuando me dijeron que me aceptaban me emocioné y empecé a vender pastes y cucharas de madera para poder mantenerme”, relata el joven.
Es así como Sabas comenzó su carrera para lograr su ansiado título y después de clases se desprende de su uniforme de colegial para trabajar como comerciante ambulante.
“Es difícil estar en una ciudad donde uno no tiene a nadie, pero cuando me pongo triste recuerdo mi meta y sigo adelante. Los fines de semana viajo
a Soledad a comprar producto y visitar a mi familia”, manifiesta el joven.
El sueño de este emprendedor es obtener una beca para estudiar en la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), de Catacamas, Olancho, para convertirse en ingeniero agrónomo.
“Yo quiero salir adelante para apoyar a mis padres y poder mejorar nuestros cultivos, no ha sido fácil, pero lo voy a lograr”, afirma Sabas.
El joven mantiene un rendimiento de 89 a 91 por ciento en sus clases