Gobierno de Trump impone sanciones a Nicolás Maduro
El presidente Hernández reitera que la salida a la crisis en Venezuela pasa por el llamado a elecciones
Sí Maduro juega a la Constiyente, Estados Unidos le castiga. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y el pueblo venezolano enfrentarán sanciones por parte de Washington y un creciente aislamiento internacional por llevar adelante una Asamblea Constituyente. La Casa Blanca lo resume: “Es un dictador”.
El Tesoro norteamericano congeló ayer lunes todos los activos que pueda tener el mandatario en Estados Unidos, un día después de la votación de la Constituyente, un suprapoder que según la oposición instaurará un régimen comunista en el país petrolero. “Las elecciones ilegítimas del domingo confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo venezolano”, indicó el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin.
Estados Unidos sancionó la semana pasado a 13 funcionarios cercanos a Maduro, acusados de quebrar la democracia, corrupción o violación de derechos humanos.
El presidente Donald Trump amenazó con sanciones económicas, lo que hace temer una afectación a la industria petrolera, fuente del 96% de los ingresos venezolanos. Estados Unidos compra 800,000 barriles diarios de petróleo (bpd) de los 1.9 millones que produce Venezuela. “¿Qué carajo nos importa a nosotros lo que diga Trump? Nos importa lo que dice el pueblo de Venezuela”, exclamó Maduro la madrugada de ayer lunes al celebrar lo que calificó un “triunfo histórico” de la revolución.
Frente a gobierno y adversarios que califican la Constituyente de “ilegítima”, Maduro aseguró que su “legitimidad” está garantizada por ocho millones de electores (41,5% del padrón) que según el poder electoral vo- taron el domingo. La violenta jornada electoral dejó diez muertos, elevando a más de 120 los fallecidos en cuatro meses de protestas que exigen la salida de Maduro.
Enemigo externo
Venezuela “amanece más dividida y aislada del mundo”, advirtió ayer Julio Borges, presidente del Parlamento de mayoría opositora.
Además de Estados Unidos, Colombia, Panamá, Perú, Argentina, Costa Rica, México y España desconocerán la Constituyente. Brasil llamó a Maduro a suspender su instalación y Perú convocó a una reunión de cancilleres de la región el 8 de agosto en Lima sobre la crisis.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, pidió ayer una “acción urgente” del Gobierno de Venezuela para detener la división del país, que cree que está “al borde del desastre”.
La Unión Europea expresó “preocupación” por la democracia en Venezuela” y “serias dudas” de que el bloque reconozca la Constituyente.
“El gobierno se prepara para un escenario de aislamiento internacional severo e intenta unificar sus cuadros contra el enemigo externo”, señaló el analista Luis Vicente León.
Bolivia, estrecho aliado de Venezuela, pidió al mundo respetar la Constituyente, mientras que El Salvador dijo esperar que ésta sirva para hallar una salida a la crisis.
Ambición dictatorial
La fiscal general, Luisa Ortega, la chavista de mayor rango que se rebeló contra Maduro, desconoció también lo que llamó la “inmoral Constituyente