En el umbral de la dictadura
La Venezuela en crisis económica y social, reprimida y sin libertad de expresión, desciende aún más en el despeñadero con los últimos acontecimientos que la ubican en el umbral de una dictadura. El domingo fue la votación para una Constituyente que no solo fue ilegal sino que estuvo marcada por el fraude: el oficialismo asegura que votaron más de ocho millones de personas, pero la oposición asegura que fueron menos de tres millones los que atendieron la convocatoria que se cobró la vida de diez personas.
Dos días después fue revocado el arresto domiciliario a dos de los presos más emblemáticos de la oposición, Leopoldo López y Antonio Ledezma, quienes fueron devueltos a prisión, lo que ha provocado la condena internacional y es también un anticipo de la radicalización política que vendrá.
Para este miércoles está convocada otra movilización en contra de la Constituyente, que será instalada entre hoy y mañana en el Palacio Legislativo.
El valiente pueblo venezolano no ha cedido en las protestas que llevan más de cuatro meses y han dejado al menos 125 muertos, mientras que más de cinco mil personas han sido detenidas, de las cuales un millar siguen bajo arresto.
El país sudamericano enfrenta un mayor aislamiento internacional tras el anuncio de Estados Unidos de sanciones contra el presidente Maduro, a quien ha congelado activos bajo su jurisdicción y ha prohibido a sus ciudadanos y entidades hacer transacciones con él. Mientras, España impulsará en la Unión Europea sanciones individuales contra los responsables de la crisis, tratando de evitar afectar a la población en general. Algo que resulta difícil, si no imposible: El país entero viene pagando desde hace mucho un fracaso perenne que solo el heredero de Hugo Chávez se niega a reconocer. Pero es de esperar que la Venezuela de Maduro no podrá sostenerse solo con el apoyo moral -y quizá material- de países como Nicaragua, Bolivia y Cuba, necesitará de los verdaderos pesos pesados del mapa geopolítico internacional. Son ellos quienes tienen en sus manos el futuro de los venezolanos que quieren paz y democracia, y quienes pueden darle una lección al practicante de dictador