Diario El Heraldo

La muerte de Gustavo Moreno

- Aimée Cárcamo PERIODISTA

Saber de la muerte de un ser humano siempre es motivo de pesar. Pero cuando resulta que esa persona fue quien decidió ponerle fin a su existencia pesa quizás todavía más. Porque imaginamos las angustias, para él profundas e insuperabl­es, que lo llevaron a tomar tan radical decisión. ¿Acaso una traición, desamor, extorsión, problemas económicos, soledad, depresión, retroceso -personal o profesiona­l- o una mala noticia llevaron a Gustavo Moreno, quien tenía 33 años, a quitarse la vida? Tal vez nunca lo sabremos con certeza, pero vale la pena reflexiona­r como padres, hermanos, amigos y seres humanos que somos de lo que sin darnos cuenta podemos hacer por los demás en momentos de desesperac­ión. Y es que con la tecnología ya ni nos vemos, dedicamos más tiempo a estar con el celular que a mirar y compartir con las demás personas. Y ese contacto humano, que nos es tan necesario y enriqueced­or, no debería limitarse a nuestro amplio o reducido círculo, sino que deberíamos estar abiertos a comunicarn­os con gente nueva, diferente, que nos sorprenda, maraville y recuerde lo diversos que somos todos. Y una sonrisa, un saludo, un gesto amable podrían significar tanto para quienes atraviesan momentos de crisis. Más duro es asimilar que estamos a veces tan absortos en nuestra propia vida que somos incapaces de ver, pero ver de verdad, a quienes apreciamos y queremos, y sus congojas nos pasan inadvertid­as hasta que es demasiado tarde. “¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!/¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,/porque en los seres que el dolor devora,/el alma gime cuando el rostro ríe!”: Reír llorando

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras