Elecciones La democracia y el voto popular
a democracia se define, en términos generales, como la forma de organización del poder, el cual es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones. Por lo tanto, la democracia regula las relaciones entre los ciudadanos, organizaciones y el Estado, de acuerdo con normas emanadas de la voluntad popular y procedimientos democráticos.
Para que la democracia pueda existir se requiere que su origen sea legitimado por la soberanía popular, expresada mediante procesos electorales periódicos, libres, secretos, directos y transparentes, a través de los cuales se eligen sus dirigentes o representantes para un período determinado. La democracia parte del principio de que el poder descansa en el pueblo y que su ejercicio solo es delegado.
La democracia también puede ser entendida como una doctrina política que promueve la convivencia armónica de la sociedad y el respeto integral a los derechos humanos, la protección de las libertades civiles y de los derechos de los individuos, tratando de crear un entorno donde exista la igualdad de oportunidades para la participación de los ciudadanos en la vida política, económica y cultural de la sociedad.
La democracia puede ser directa, cuando los mismos ciudadanos, sin intermediación de representantes, participan en la toma de decisiones de carácter político a través del voto directo. En este caso, existen mecanismos para lograr la participación de los ciudadanos de manera continua en el ejercicio directo del poder, como ser el plebiscito, el referéndum, las consultas, etc. Este estilo de democracia no es muy practicado entre los países del mundo. En contraposición, existe la democracia representativa, que es la más usual, en la cual los ciudadanos ejercen el poder político a través de sus representantes elegidos mediante el voto, en elecciones libres y periódicas. En esta forma, el ejercicio de los poderes del Estado y la de decisiones debe expresar la voluntad política que los ciudadanos han hecho recaer sobre sus dirigentes.
Resulta axiomático que el voto popular juega un papel importante para que la democracia funcione. Es mediante su voto que los ciudadanos escogen a sus gobernantes, después de analizar sus cualidades personales y profesionales y las propuestas de gobierno presentadas por los diferentes partidos políticos. Los ciudadanos, con su voto, razonado y bien pensado tienen el poder en sus manos, para asegurar que se eligen a los mejores. En este sentido, los partidos políticos deberían preocuparse por difundir la mayor información posible sobre sus candidatos, especialmente de los diputados al Congreso Nacional, que en muchos casos son desconocidos para los electores de sus departamentos.
Precisamente por lo anterior es que el voto en plancha y el voto en línea no parecieran ser una alternativa para que los ciudadanos cumplan con su deber cívico de otorgar su voto a los mejores candidatos, conforme a los criterios que cada uno haya establecido. Debemos ser conscientes que en cada partido existen candidatos idóneos y es nuestro deber como ciudadanos que valoramos nuestro voto, identificar y seleccionar esos candidatos. Votar en plancha o en línea es desperdiciar esa oportunidad de seleccionar a los que creemos son los mejores, intoma dependientemente del partido al que pertenezcan.
Y de gran relevancia es reconocer que aunque las elecciones son una parte importante para que funcione la democracia, también es vital que en un país funcionen las instituciones y los pesos y contrapesos, que son la esencia de un sistema democrático de división de poderes, tal como manda nuestra Constitución de la República. Su existencia implica que cada uno de los poderes del Estado tiene atribuciones limitadas y depende de los otros para poder funcionar, es decir son complementarios y dependientes entre sí. Resulta claro que cuando algún político o grupo de interés abusa, lo hace porque el sistema se lo permite, si hubiera contrapesos efectivos no podría.
Para finalizar, votemos en las próximas elecciones generales con responsabilidad ciudadana y con el ferviente deseo de lograr que los mejores candidatos ocupen los diferentes cargos sujetos a elección, para beneficio de nuestro país y de todos sus habitantes. Las elecciones son un ejercicio transitorio, mientras que los hondureños formamos parte de la misma familia en forma permanente
El voto en plancha y el voto en línea no parecieran ser una alternativa para que los ciudadanos cumplan con su deber cívico de otorgar su voto a los mejores”.
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