Asalto a base militar pone en duda unidad de ejército fiel a Maduro
Confrontación Rodeado de tanques y cientos de soldados, el alto mando militar intentó ayer despejar dudas sobre su unidad, tras el asalto que fue calificado como un “ataque terrorista” ejecutado por “mercenarios” pagados desde Miami
El confuso asalto a una base militar en Venezuela abrió interrogantes sobre la unidad de la Fuerza Armada en torno al presidente Nicolás Maduro, en medio de una crisis que se vuelve cada día más explosiva. En un incidente en el que tanto el gobierno como los atacantes cantan victoria, una veintena de hombres irrumpió en la madrugada del domingo en el fuerte Paramacay, sede de la 41 brigada del Ejército, situado en Valencia, a 180 km al oeste de Caracas.
En combates que se prolongaron por más de tres horas en el destacamento fueron abatidos dos de los atacantes y detenidos ocho, uno de los cuales está herido, mientras los demás escaparon con armas y son buscados intensamente, anunció Maduro.
El presidente aseguró que entre los capturados, solo uno es desertor de la Fuerza Armada. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, descartó que se tratara de una “insurrección militar” y divulgó fotos de los “civiles” detenidos. “Aquí no hubo ningún alzamiento, es la mentira hecha política”, dijo ayer el poderoso dirigente Diosdado Cabello, al rechazar una muestra de rebelión en la Fuerza Armada como aseguran los opositores.
Cacería de atacantes de base
Las autoridades venezolanas activaron unidades especiales para detener a diez de los implicados en el asalto a un fuerte militar en el centro del país la víspera y que huyeron con un lote de armas, anunció ayer el ministro de la Defensa. En un comunicado leído al país, el general en jefe Vladimir Padrino López confirmó ayer la detención de ocho personas, entre ellas el primer teniente Oswaldo Gutiérrez, a los que acusan de participar en el ataque al fuerte Paramacay, en el estado Carabobo. Entre los buscados figura el excapitán de la Guardia Nacional, Juan Carlos Caguaripano, quien apareció junto a una decena de uniformados en un video, difundido la víspera en las redes sociales, en que llama a una acción cívica y militar para “reestablecer el orden constitucional”.
Descontento de las partes
A pesar de que se desconoce el alcance del ataque y de que fue perpetrado por civiles y militares desertores, expertos coinciden en que evidencia un malestar en rangos medios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), principal sostén de Maduro. “Indica el creciente descontento de rangos medios policiales y militares, aunque el mando militar siga aliado al gobierno. Pueden esperarse nuevos incidentes”, aseguró a la AFP el analista Diego Moya-Ocampos. “No somos terroristas ni paramilitares. Somos oficiales retirados y algunos activos. Fue una operación limpia, impecable, un éxito”, declaró desde la clandestinidad el capitán Javier Nieto Quintero, quien dice formar parte del movimiento. Para el analista Luis Vicente León, el gobierno, cada vez más aislado por la comunidad internacional, en rechazo a Constituyente y remoción de la fiscal, y amenazado por sanciones de EE UU, “ya no tiene que mostrarse ni ficticiamente democrático, ni respetuoso de derechos humanos. Llega el momento de la radicalización total”, apuntó