Una ofensiva para rescatar y prevenir
El plan para ingresar a doce sectores conflictivos de la capital utilizando la educación, los deportes y las artes, con el fin de rescatar a niños y jóvenes expuestos a la violencia y otros riesgos sociales, es un buen cambio de estrategia que esperamos traiga efectos positivos.
Aunque por el momento se trata de un proyecto piloto impulsado por el Programa Nacional de Prevención y Reinserción Social junto con varias organizaciones no gubernamentales, experiencias similares en otros países revelan su efectividad.
Todo lo que se haga decidida y transparentemente por salvar la vida de nuestra niñez y juventud de las garras de la delincuencia, criminalidad y otras amenazas vale la pena.
Es una obligación estatal cuidar y educar a las nuevas generaciones. No basta con políticas en el papel y una enorme burocracia en nombre de la niñez. Es cierto que las operaciones pueden planificarse detrás de un escritorio, pero las grandes luchas -las que quedan en la historia- son las que se libran en los campos de batalla.
Y en este momento en que el método de la represión e intimidación está resultando muy poco eficaz para establecer la tranquilidad en algunas zonas de la ciudad, es bueno que alguien intente implementar otras tácticas.
Esta vez, los conciertos gratuitos, el teatro, el cine comunitario, los campeonatos de fútbol, actividades artísticas y una diversidad de talleres son las armas seleccionadas para iniciar una ofensiva encaminada a la prevención, el rescate y la siembra de la semilla de la paz.
En este primer intento, en los sectores de la San Miguel, La Travesía, El Carrizal, San Francisco, Kennedy, El Zapote, Torocagua y el centro de la capital, entre otros, la pretensión es alcanzar a cien mil personas, entre ellos muchos pequeños y jóvenes que sueñan con ser grandes deportistas o destacados profesionales, pero que por circunstancias de la vida están en peligro de caer en las redes delictivas.
Es a ellos a quienes buscan llegar no solo para llevarles diversión, sino para ayudarles en su crecimiento personal. Esperamos que este esfuerzo tenga su recompensa, para bien de Honduras